Encandilado ante aquel viril fulgor que aquella mujer cortejaba en el, al hacerle sentir lo bienaventurados que eran sus ojos al tener la dicha y gracia de poder admirarla bajo la incandescencia de la luna, se obsesionaba constantemente en arremeter...
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Pero tú sí sabías que estaba mal.
-No podemos usar ninguna de nuestras técnicas durante este transcurso, ¿Que pasaría si nuestro amo se esterara de nuestra desobediencia?
Ahí mismo su rostro volvió a cambiar, de cierto modo tenía razón no debían de usar su arte demoníaco durante el transcurso establecido y más encima no ocultarlo, en ese caso les iría peor.
Pudiste notar un poco de desepcion por parte de el, lo cual enseguida te contagió, te desagradaba ver a los demás así, por ende implantarse una solución
-Pero... si tanto quieres,.. - Tu voz lo tomo desprevenido y aún más tus palabras, pero por igual contemplaba ambas - Podemos esperar a que terminemos nuestro mandato, ahí no tendremos problema en usar nuestras técnicas- Sonreiste intentando de convencerlo, admitias que también te emocionabas al hablar por lo cual cargaba de vibras detonantes tus palabras - Oh! Y también usted podrías mostrarme algun-, claro si no es una molestia- Bajaste tu cabeza y junto con ella tu mirada reprendiendote, ya que para ti era un exceso de confianza, cosa que poco tenían.
Solo contesto con silencio, el cual para tu suerte no expresaba molestia.
Siguiendo varios minutos así el silencio era el vivor del ambiente, junto con una pequeña vela que estaba en una estantería vacía, aportaba una luz tenue que se degradaba y diluia con la oscuridad tenas, alzaste tu vista volviéndolo a ver y era tierno como la luz se quedaba enredada en sus cabellos azabaches y permanecía en comodidad ahí.
Pensaste que ya no surgiría otra conversación así que optaste por descansar, no lo necesitabas por ahora pero era una buena forma de hacer pasar el tiempo hasta que la noche caiga nuevamente. Te levantaste y apartaste del lugar en el que estabas, volviendote a dirigir cerca de la pared dejando como promedio un metro de distancia de esta, te sentaste para empezar a sacudir con tus manos cierta parte del piso que estaba sucia.
-¿Que se supone que vas a hacer?- Pregunto el mayor con desinteres formado.
-Voy a dormir hasta que caiga la noche - Sin mirarlo contestaste y una vez terminaste tu objetivo, lo viste. -¿Usted no duerme?
- Los demonios no necesitan dormir estupida.
- Eso sí lo sé, ¿pero no lo hace por gusto si quiera? - Solo viste como esa pregunta aguaba al contrario.
-¿Porque duermes tanto?- Pregunto en forma de regaño mientras el apoyaba su espalda hacia la pared.
- No lo sé - Contestaste divertida mientras de golpe te tirabas al suelo, dándole la espalda para al fin dormir - Desde que tengo conciencia siempre lo hice.
Y eran ciertas ambas palabras, no sabías porque dormias, tu cuerpo no se cansaba, en ciertas ocasiones si te servía para remplazar la comida, pero era como si lo hicieras por inercia.
