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SALT AIR, AND THE RUST ON YOUR DOOR. 

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Después de conducir durante más de dos horas, Kyungsoo al fin podía decir que ya se acercaba al pueblo que no había visitado desde hace ya algunos años. Él había crecido ahí y visitaba de vez en cuando pero había pasado un largo tiempo desde la última vez; más o menos desde que su carrera como actor comenzó a despegar de verdad.

Aún con el paso del tiempo y los cambios que habían sufrido el camino, el lugar e incluso él mismo, todavía podía reconocerlo. Una parte de él siempre viviría en ese lugar y no podía imaginar que llegara el día en el que regresar se sintiera como llegar a un lugar desconocido. 

Kyungsoo trajo el mal clima desde Seúl sobre sus hombros, un paralelo a su propio estado de ánimo del cual no podía escapar sin importar cuanto tratara de alejarse. La lluvia golpeaba el parabrisas de su auto; uno demasiado lujoso para el viaje que se había dispuesto a realizar. Debió pensarlo mejor, debió organizarlo todo con anticipación y planear cada detalle como hacía siempre que salía de la capital así fuera por un día; pero ese no era el punto de este viaje.

 Kyungsoo había tenido un "episodio", como los llamaba su manager, y todavía sentía que estaba en medio del episodio. A pesar de eso, Kyungsoo si  había planeado el viaje de alguna manera. Un par de días atrás, cuando sentía la tensión acumularse y estar a punto de desbordarse, hizo una maleta y la guardó en la parte de atrás de su auto pensando que sería lo suficientemente razonable para no llegar a necesitarla. Ahora, esa pequeña maleta contenía todas las cosas con las que estaría viviendo por las próximas semanas. 

El "episodio" debía estar pasando finalmente porque ahora en lugar de sentirse desesperado por escapar se sentía ansioso por lo poco que había analizado la situación antes de comprar un boleto en el primer ferry que aceptara llevar su auto hasta aquella isla donde se encontraba ahora. 

Apretó el volante con fuerza y respiró profundo. Muy tarde para dar media vuelta y regresar. Además, aunque no quería aceptarlo, sí había una razón en especial por la cual había elegido regresar a isla en su momento de escape. Una persona, en particular. 

Con el paso de las horas el cielo se había tornado completamente oscuro y la lluvia no daba tregua. Kyungsoo bajó la velocidad cuando pasó el letrero que indicaba la entrada al pueblo. Pasó la tienda de conveniencia más grande del pueblo, y quizás la única, y sabía que iba por buen camino. Habían más edificios ahora, pero también podía ver algunas de las casas más antiguas a las afueras del pueblo apagadas y descuidadas; como si nadie viviera en ellas desde hace muchos años. 

Estúpido. ¿Qué le hizo pensar que sería bienvenido en la isla otra vez? ¿Cómo pudo venir sin preguntar siquiera si él todavía vivía ahí? ¿Y qué le hacía pensar a Kyungsoo que él quisiera verlo de nuevo? 

Lo cierto era que no había pensado en nada. Simplemente había iniciado el auto y condujo por mar y tierra hasta llegar ahí. Ahora que se encontraba a minutos de llegar, las dudas comenzaron a devorarlo por dentro. Bueno, ya era muy tarde. 

Kyungsoo no se percató de lo mucho que estaba apretando el volante y lo tenso que estaba su cuerpo hasta que llegó a su destino y estacionó su auto frente a la posada. Hizo un esfuerzo consiente por liberar sus dedos engarrotados y relajar sus músculos, cerrando los ojos y recargando su cabeza en el asiento, inhalando y exhalando pesadamente. Era un estúpido. Estaba arriesgando toda su carrera por... esto. Un pensamiento a medio formular. Una sentimiento al que no podía ponerle nombre. 

La lluvia caía con fuerza fuera de su auto y Kyungsoo esperó un par de minutos para ver si perdía intensidad, pero esta parecía decidida a continuar sin descanso. 

august | baeksooWhere stories live. Discover now