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Habían pasado un par de horas. El de 16 años había quedado dormido por fin y ESA aprovecho en salir para continuar ayudando por un rato a su padre.

Intentaban llevar ambos aquellas cajas para terminar de dejar vacío el auto y fue así en cuestión de varias horas.

El hombre ordenaba cosas en la cocina, mañana iría allá pueblo para comprar comida y llenar aquella nevera.

Mientras ESA barría parte de la sala, miraba de vez en cuando el rostro de su padre lleno de paz.

Pocas veces lo veía así, calmado, tranquilo, pidiendo pensar claramente. El trabajo nunca los dejaba tranquilos, la presión que tenían era inhumana. Siempre querían perfección, siempre querían algo nuevo el innovador y si no lo tenían, aquellas amenazas no tardaban en llegar.

-Es lo mejor para nosotros...- escucho decir al padre desde la cocina.

ESA levanto la mirada.

-Si eso dices...-

El hermano del medio no había estado seguro de aquella decisión, era apresurada y no lo habían pensado bien.

-No podíamos seguir ahí, ESA... Tu hermano...-

-Lo se, papá... No es necesario que lo recuerdes...- respondió ESA.

Apenas tenía 19 años, estar ahí para el era una gran incógnita en si vida. No sabía que ocurrirá, dónde estaría y cuál sería su nuevo lugar.

-Estamos aquí por él y por ti... Yo podía seguir, pero prefiero ver que estén bien a... Ya sabes...- dijo ESA intentando creerse el mismo lo que habían echó.

-Ey...- dijo el hombre apoyándose en el marco de la puerta.

-Gracias...- siguió. -No podía hacer esto solo... Debía de... Llevarlo lejos y lo sabes.- agrego el padre.

ESA sonrió. -Debiamos llevarlo lejos.- corrigió. -No te dejaría en algo así... Estamos juntos los tres... Y lo sabes...- siguió.

-La ciudad, el ruido, el trabajo... Son cosas que no podíamos evitar... Ahora... La verdad solo deseo prepararles las cenas todas las noches, beber un té y mirar el cielo.- dijo el hombre.

-Suena bien... Aquí podremos relajarnos y dudo que nos encuentren... Por cierto... ¿Llamaste a NASA?.- pregunto el chico.

-No, pero me envió un mensaje de texto... Pidió que cambiemos de línea, también si era posible solo conseguir un nuevo teléfono y el hará lo mismo para poder llamarnos.- dijo el padre.

ESA había terminado de barrer, suspirando un poco y estirandose.

-¿Que haremos ahora?.- pregunto el chico.

-¿Con?...- pregunto el hombre.

-Con SETI y... Ya sabes...- agrego ESA.

-Papá, se que lo amas, es tu hijo y... Es mi hermano... Pero... Sabemos que no está bien... SETI desarrollo alguna especie de miedo con todo... Desconfía mucho, se altera fácil... Ya... Sabes por qué vinimos aquí... Y aún así parece que sigue con ese miedo...- dijo ESA.

-Iremos al pueblo apenas podamos... Es grande y tiene todos los servicios médicos... Así que, buscaremos un psiquiatra... Así compraremos su medicamento y trataremos de encontrar una solución... ¿Si?...- pregunto el hombre.

ESA desvío la mirada preocupado.

-Ey... Va a estar todo bien... Podremos tener la vida más tranquila que podríamos desear aquí... Solo hay que seguir con el perfil bajo y...-

Se escucho un grito fuerte.

Esto alertó al hombre y al hijo.

-Su medicina está en el auto.- dijo de forma rápida ESA mientras se dirigía a las escalera y subía estás lo más rápido posible.

-¿EN QUE PARTE?.- grito el hombre notando que ESA estaba ya arriba.

-¡EN LA CAJUELA!.- volvió a gritar el hijo.

Ya arriba, entro a la habitación de su pequeño hermano.

Podía verlo otra vez, teniendo uno de los ataques que solía tener a menudo.

Estaba en una esquina de la cama contra la pared, asustado, aterrado.

Se abrazaba mientras lloraba, intentaba fallidamente al parecer sacarse algo o alguien de encima, parecía batallar con algo que Noe ataba ahí.

-¡N-NO QUIERO!.- grito el pequeño. -¡POR FAVOR SUELTAME!.-

ESA se acercó, tomando a su hermano de las muñecas.

-¡SETI!.- lo llamo. -¡SETI ESCUCHAME!.-

El pequeño seguía en aquel mundo en dónde solo lo lastiman, aquellas pesadillas lo atormentaban casi a diario.

-¡Estoy aquí!.- dijo ESA. -Ey... Ey... M-Mirame...- pidió.

Tuvo que agarrar con fuerza a SETI de las muñecas, para hacerle entender que nada malo estaba ocurriendo.

-SETI... E-Estoy aquí... Nada malo va a pasar... ¿Si?...- pregunto el mayor.

La respiración del pequeño era agitada, estaba aún asustado, sentía esas manos tocándolo, le aterraba.

-Bien... Así... Así es... Respira conmigo. ¿Vale?.- pregunto el mayor.

El pequeño miraba a su hermano, respirando como le indicaba, intentando mantenerse a raya. Calmarse y regresar.

-Si... E-Esta todo bien... Nadie te hará daño... Estoy aquí... Papá y yo estaremos aqui siempre y no te dejaremos...- consoló.

SETI se apego a su hermano, abrazandolo con fuerza, ocultando su rostro de forma violenta en el pecho del contrario mientras lloraba.

ESA lo abrazo de igual forma. Acariciando aquellos cabellos blancos y ondos.

Alzó la mirada para ver a su padre con aquel pequeño maletín. Se acercó sentandose a un lado.

Abriendo aquel pequeño maletín y sacando algunas cosas.

Estaba casi toda llena de pastillas, medicinas, algunas jeringas y otras cosas.

Saco algo en específico, un pomo anaranjado, abriéndolo y sacando una pastilla.

ESA extendió la mano y la recibió.

-SETI... toma esto...- pidió.

El menor se negó, al mismo tiempo que negó separarse de los brazos de su hermano.

-Ey... Es por ti bien... ¿Si?.- pregunto el mayor.

SETI se separó con algo de desconfianza.

Agarrando la pastilla y llevándose la a la boca para tragar.

-Bien... Bien echo...- sonrió ESA.

Se acostó en la cama, haciéndole una señal a su hermano.

-Ven, me quedaré contigo... ¿Si?.- pregunto.

SETI asintió.

Echándose a un lado y yendo al lado de su hermano, abrazándose inmediatamente.

El hombre se acercó a arropar a sus hijos.

-Me quedaré con el ya... Ve a terminar lo que falta... ¿Si?.- pregunto ESA.

El hombre asintió, sonriendo de igual forma.

Yendo a la puerta para ver una última vez a sus hijos.

AU - GhostLandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora