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ESA iba a bajar luego de haber estado con su padre.

Apenas puso un pie en la escalera, se detuvo unos segundos.

Olfateo un poco, estar tan cerca de su padre sin duda le había dejado su olor impregnado.

No le disgustaba era su familia, había disfrutado aquel baile, olía demasiado a él, debería darse una ducha antes de quedarse con SETI.

Bajaría para avisarle en todo caso.

ESA bajo, dejando su chaqueta a un lado.

Podía ver un tumulto de sábanas en la cama, sin dudarlo estaría ahí.

-¿Te gustó la cena?.- pregunto. -Extrañaba pasar tiempo contigo.- sonrió.

Pero no tuvo respuesta alguna.

Miró, tal vez estaría callado por sus caprichos o tal vez ya se había quedado dormido.

-Me daré una ducha antes de venir... ¿Podrías esperarme?.- preguntó. -Me... Quedé bailando con papá y... Se me quedó un poco su olor... Se que no te gusta el olor de los alfas... Así que prefiero tardarme a incomodarte...- dijo.

Pero siguió sin tener una respuesta.

Su semblante cambio a uno de preocupación.

Se acercó ladeando un poco la cabeza.

-Ey...- llamo. -SETI.-

Acercó su mano a las sábanas para quitárselas de encima.

Su sorpresa fue grande cuando noto que su hermano no estaba ahí.

Miró hacia arriba, no podía verlo.

En esa habitación no habría lugar donde esconderse, sabía que se habría tenido que ir del sótano.

Pero noto aquello.

El olor de su ropa se lo dificultó.

Pero ese olor a vainilla sabía que le pertenecía a con quién dormía en las noches.

-Uh...- se quejo.

El celo de su hermano había llegado.

Escucho atentamente aquel fuerte gritó.

-¡¿S-SETI?!.- grito de inmediato.

Subió las escaleras del sótano lo más rápido que pudo.

Podía seguir escuchando los gritos del más pequeño.

Sin dudarlo, intento buscarlo.

Podía escuchar el llanto venir del segundo piso.

Y seguidamente una puerta asotandose.

-¡¿SETI?!.- volvió a gritar.

Subió las escaleras lo más rápido que pudo.

Intentaba buscarlo en las habitaciones, pero la única puerta que no logro abrir, fue aquella que cuando llegaron se le designó al más pequeño.

Su habitación.

Se dirigió a la escalera y se apoyo en el barandal.

-¡PAPÁ!.- grito fuertemente, mientras podía aún escuchar a su pequeño hermano.

El padre tardó unos segundos, pero ahí estaba.

-¿Que ocurrió?.- pregunto con cierto miedo.

-¡SETI SE ENCERRÓ EN SU HABITACIÓN!.- siguió preocupado.

El mayor se le quedó mirando.

-¡¿D-DONDE ESTA LA LLAVE?!.- preguntó.

El padre cambio su expresión. -E-ESA... No hay llave...- dijo de forma algo preocupada.

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