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SETI descansaba en brazos de su hermano.

Por fin tenía un poco de paz.

Accedió a cuidarlo ese día, su padre lo había cuidado los últimos 5 años, su día a día era el escucharlo despertar entre gritos y lágrimas, preocuparse por la salud del más pequeño y el que no se autolastimara.

Sin duda debió de ser cansado.

Por su suerte, su hermano estuvo tranquilo, no hablo caso nada, pero se notaba que disfrutaba esa paz y compañía.

El menor llevo su mano a la de su padre tomando y busco tomarla, sonrió un poco, mientras se volvía a acurrucar en el pecho de ESA.

Poder olerlo después de tanto tiempo le encantaba.

-Te extrañe tanto...- dijo en un tono triste el más pequeño.

ESA lo escuchó.

Pensar que se fue en un inicio para huir de él, que escapo con la excusa de trabajo solo para no tener que escucharlo llorar y gritar.

Era su hermano pequeño.

¿En qué estaba pensando?...

-Y yo a ti...- dijo ESA.

-Pensé que te harían algo... Q-Que te lastimarian o... P-Peor...- se quejo el de 19 años ahora.

Apesar de su edad, se veía aun como ese pequeño niño el cual buscaba ser protegido en la noche.

-¿Lastimarme?... Estoy bien SETI... Nada que el trabajo no pudiera resolver...- sonrió el mayor.

-P-Pero yo no lo sabía...-

El miedo de su hermano era enorme, el trauma de ser tocado era incontable, el vivir con miedo, creyendo que sería lastimado era algo que nadie le desearía ni a su peor enemigo.

Todos sabían que SETI estaba enfermo.

Su mundo se derrumbo en el accidente de estados unidos.

Fue algo que no pudieron evitar, PS y NASA no estaba presente, ESA llegó demaciado tarde.

Era un niño que no merecía ningún mal. El único error que cometió fue el ser un Omega rodeado de tantos idiotas.

Luego de escapar, querían un poco de paz, de tranquilidad, tal vez así las pesadillas del pequeño pasarían y encontrarían la paz.

Pero realmente empeoró, el primer día en esa casa se les hizo un infierno.

La llegada de esos hombre inesperadamente casi les arrebata la vida y si no era la intención el matarlos, no imaginaba lo peor.

Un golpe se escucho arriba, SETI se sobre exaltó. Sin pensarlo y por instinto, clavó sus dedos en los brazos de su hermano.

Esto le saco un quejido al mayor.

Al oírlo, SETI se percató de su error y retiro sus manos lo más rápido que pudo.

-P-Perdón.- dijo con esa voz tan gastada de tanto gritar.

-E-Esta... Está bien, no te preocupes...- sonrió ESA honestamente.

No le importaba mucho, sabía que su hermano no lo podía controlar después de todo.

-¿P-Papá?...- pregunto el pequeño

-Esta en su taller... Estaba cortando leña hoy... Así que tal vez haya estado haciendo algo interesante... El ruido... Seguro fue solo uno de los troncos cayendo o algo por el estilo.- escudo el menor.

Eran casi las 6 de la tarde, ESA pensó en que sería una buena hora de merienda.

Sonrio acariciando la mejilla de su hermanito.

AU - GhostLandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora