La mujer más hermosa

82 6 0
                                    

Los Ángeles, California.
Mayo 31, 2022.

Summer.

No estoy segura de cómo sucedió, pero durante el tiempo que Alex estuvo intentado ayudarme en mi investigación, progresé mucho más de lo que lo hice en un día completo de trabajo.

Esto me hizo sospechar muchísimo más de ella de lo que ya lo hacía. Pudo darme muchísimos puntos clave que me ayudaron a unir los pocos puntos que yo pude reunir durante el cateo en casa de los Miller y en casa de Carla.

Hoy en la mañana recibí una llamada de Valencia, en ella decía que aquellas personas desaparecidas a las que estaba buscando como parte de mi investigación, habían sido liberadas y enviadas a la estación.

Actualmente estoy en la estación esperando a que la policía termine de hablar con ellos, para poder hacerlo yo.

—Necesito hablar con ellos.—dije al ver que llevaban a Matthew esposado.

—Lo siento detective McNamara. Nos dieron órdenes de llevarlo a prisión.—dijo uno de los novatos.—Puede hablar con el señor Miller si gusta.

—Lo siento mucho detective, han sido un par de días muy difíciles y lo único que quiero es ir a casa, darme un baño y poder ver a mi esposa e hija. Espero que lo entienda.—habló él antes de que pueda decir una palabra.

—Si no le molesta, podría llevarlo hasta su casa y luego a casa de su hija.—ofrecí en un intento de lograr hablar con él.

—Eso... sería genial.—admitió. Se veía un poco nervioso al estar rodeado de gente uniformada.

En el camino, fue poco lo que me contó porque dijo que no había sucedido nada.

—Simplemente la pasamos en una especie de sótano en donde nos alimentaban, eran dos habitaciones: el baño y la habitación. Nos amenazaban al menos cada dos horas, pero no nos tocaron. Eso lo agradezco.—fue lo único que me pudo decir.

Entramos a la casa para que Steven pueda saludar a su esposa, sin embargo, eso no sería posible.

Steven dio un paso atrás antes de caer con estruendo al suelo. Y la escena no era para menos.

La señora Miller estaba muerta.

Llamé a la policía rápidamente para que hagan su trabajo aquí.

—Primero secuestran a su padre y a su esposo, luego los dejan libres sin mayor rasguño y ahora asesinan a su madre.—dijo Montoya al llegar.—Vaya historia.

—Debe sentirse fatal luego de todo esto.—murmuré al pensar en Carla.—¿Dónde está ella?

—Se quedó en la patrulla. Dice que no soportaría la imagen de su madre muerta.

—Si estuviera en su lugar tampoco podría. Degollaron a su madre, es imposible que quiera ver la escena.

A penas íbamos a empezar a revisar la escena cuando entró uno de los novatos...

—Malas noticias.—anunció.

—No hay mala la noticias en momentos como estos, solo noticas.—corrigió Montoya.—Adelante. Escúpelo rápido para que podamos iniciar con la investigación.

—Ese es el problema, jefe.—se movió incómodo.—No va a haber investigación. La señora McCain pidió que el caso se cerrara. En caso de continuar, demandará a la estación.

—Demonios.—murmuré.—Nos encargaremos de recoger la evidencia y archivarla para cerrarlo lo más pronto posible.—acepté sin muchas ganas.

El novato salió de la sala de estar y se dirigió a la patrulla de Montoya para avisarle a Carla.

Jugando con la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora