No es lo que me preocupa

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Los Ángeles, California.
Octubre 21, 2022

Summer

Si bien es cierto que es un poco tarde para estar fuera, con un niño en brazos, Hugo no paraba de llorar desde que su padre me llamó para asegurarse de que todo estaba bien con su hijo. Incluso si solo había pasado media hora desde que lo dejó en mis manos.

El pequeño Hugo apenas tiene dos años de edad por lo que apenas sabe hablar, además de que es el consentido de su casa.

Aprovechando que el lugar en donde Diego (Valencia) me pidió que recoja a su hijo, queda cerca de la empresa de Alex, fuimos caminando hasta allá para comer un helado con ella, como habíamos acordado unas horas antes.

—Oye... —escuché la voz ronca de un hombre detrás de mí mientras Hugo y yo caminábamos de la mano.—Mi jefe quiere hablar contigo.

Estábamos en un lugar público, por lo que creí que era con otra persona y seguí mi camino sin preocuparme demasiado, sin embargo, me mantuve alerta por si algo sucedía.

Agarré al niño en mis brazos y aceleré ligeramente el paso por si en realidad estaba hablando conmigo y necesitaba huir. No pienso permitir que presencie algo que no debería a tan corta edad.

Alex

Por fin salgo del trabajo y de encargarme, con mis propias manos, de algunos entrometidos del Clan Serpiente. Salgo lo más pronto que puedo para guardar el arma en el auto y así evitarme algún problema en la oficina por ella.

Summer debería llegar pronto, como habíamos acordado unas horas antes. Por lo que me aseguro de lucir bien para ella, y de no tener una sola gota de sangre sobre mí. Eso definitivamente levantaría sospechas.

Todavía estaba limpiando el arma, cuando escuché un grito que me heló la sangre, seguido el llanto de un niño.

Casi instintivamente corrí hacia el grito. Al saber que el grito provenía de Summer, que traía a un niño en brazos, hizo que el hielo que se formaba en mi sangre, se derritiera y en su lugar, empezara a hervir de ira.

Un sujeto que creo, debe ser del clan del Zorro (ya lo he visto antes, pero no logro recordar en dónde.), intentaba arrastrar a Summer con él, mientras que ella se aferraba con fuerza al niño que tenía en brazos, casi sin importarle lo que podía suceder con ella.

Aceleré el paso en su dirección y le lancé una advertencia al sujeto:

—Si no la sueltas en este momento, eso será lo último que harás.—hablé con voz severa.

—Mi jefe quiere hablar con la chica.—sonrió con malicia.—Eso será todo.

—¡Te dije que la sueltes!—exclamé.

—¡Y yo te dije que se la llevaré al jefe!—gritó el hombre

En apenas un abrir y cerrar de ojos, el sujeto empujó a Summer y alzó una navaja a la altura de mi rostro.

El llanto del niño se hizo más fuerte cuando cayeron al suelo por el empujón. Sabía que Summer estaba concentrada en proteger al niño por lo que apenas regresó a mirar cuando escuchó mi voz. Pude oírla murmurar mi nombre y empezó a alejarse de a pocos.

—Mira, odiaría dañar a una cara tan bonita como la tuya. Por eso, solo voy a llevarme a la chica conmigo y te dejaré ir. Si es por el niño, puedes quedártelo, no me interesa.—habló el tipo con voz ronca.—Pero el jefe me dio una orden y yo pienso cumplirla.—gruñó bajando un poco la navaja.

—Puedes decirle a tu jefe que no me interesan sus órdenes. Ellos se quedan conmigo. Y punto.—zanjé el tema.

Me di la vuelta para acercarme a Summer y al pequeño, quienes ya se habían alejado considerablemente, y asegurarme de que estaban bien. De repente, pude ver el cuerpo de Summer tensándose frente a mí: El sujeto estaba acercándose con rapidez hacia nosotros.

Jugando con la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora