Capítulo 2

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Al llegar a París me recorre esta emoción inexplicable al estar en el lugar que siempre soñé visitar, esta ciudad es increíblemente grande y hermosa. Mis ganas de quedarme han aumentado al pasar los minutos...

Hemos llegado a la casa de mi padre la cual es muy grande, parece una mansión.

— ¡Emma, estás tan hermosa!— me saluda Katherine con una de sus sonrisas contagiosas.
— ¡Katherine, muchas gracias! — le respondo dándole un abrazo de oso.
—Yo también estoy hermosa, gracias— habla sarcásticamente Flor para llamar su atención.
— ¡Flor, cariño! — exclamó Katherine feliz de verla y le brinda un abrazo— Si que estás hermosa y con tu sarcasmo intacto.

Todos reímos y papá nos dirige al segundo piso para mostrarnos nuestra habitación, al llegar admiramos con la boca abierta lo hermosa que es.
Es una habitación bastante amplia con las paredes color lila.
¡Mi color favorito! Amo tanto a mi padre.
Una cama de dos cuerpos con las sábanas blancas y mucho cojines que parecen algodón, a su lado derecho hay una mesita blanca y encima de esta una lamparita, luego le sigue un sillón super cómodo que queda al lado de la puerta de vidrio del balcón, también hay un escritorio grande, un tocador con un gran espejo — ¡Madre mia, esto parece el cuarto de una estrella de hollywood! — Al lado izquierdo de la cama hay un gran armario para las dos y por supuesto un baño bastante grande con dos espejos y dos lavamanos, una tina que desde allí se ve la playa, por último tenemos la ducha. ¡ Esto es increíblemente perfecto para Flor y para mí! Nuestra habitación soñada.

— ¡Por todos los santos! — Chilla Flor dando saltitos a un niño pequeño cuando le dan su juguete —Esto es magnífico.
— Papito, gracias por esta hermosa habitación —Me dirijo a él —Aunque no duremos mucho tiempo la vamos a disfrutar de maravillas.
— No tienes nada que agradecer, hija, te lo mereces.
—Bueno, bueno, no nos pongamos sentimentales y ¡que empiece la aventura! —Exclama Flor bastante entusiasmada.

                                        *****
Estamos en el carro de mi padre de camino a la torre eiffel y no saben lo emocionada que me siento.

Desde que conozco a Flor hemos soñado con viajar a París con el amor de nuestra vida y que en la torre eiffel nos pidan ser su novia, mis expectativas en el amor están bien altas, aunque un idiota me las haya bajado hace tiempo; pero como el pasado es pisado ahora estoy en París sin el amor de mi vida, pero feliz de conocer este grandioso país.
París donde el amor fluye, lejos de mi cariño. Mis emociones son muy bipolares.

Cada segundo que paso en este lugar me siento en una película, es tal cuál se ve en ellas.

Hacemos un pequeño tour en carro antes de llegar a la torre, mi padre no ha parado de enseñarnos cada lugar que ha visitado y Flor le hace prometer que nos lleve a todos ellos para conocerlos.

— En esta playa conocí a Katherine —nos señala mi padre mirándola con ojos de ternura—Estaba sentada en el muelle con su cabello alborotado y un ukelele color azul pastel.
La vi desde lejos y me llamó tanto la atención que me acerqué  lentamente hasta que me senté a su lado con mis ojos plasmados en la playa —sigue con su mirada en el camino pero con una sonrisa en sus labios — Era una tarde con un atardecer increíble, ella no estaba tocando una canción en específico, pero su melodía que me hipnotizó —dice con ese tono dramático que nos hace reír un poco.

Sueño con un amor así.

Un atardecer a tu ladoWhere stories live. Discover now