Capítulo 8

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Flor

Nos hemos quedado dormidas las tres en la habitación de Emma, mi cuerpo duele como nunca antes; anoche viendo la película agarré una almohada grande de la cama y me acosté en el piso para estar más "Cómoda" ahora mi cuerpo no entiende ese significado; mi cuerpo duele como nunca.

Me levanto del piso para estirar mi dolorido cuerpo y me llevo la sorpresa de que la cama se encuentra sola pero desordenada.

¿Dónde estarán estas sinvergüenzas?

Agarro mi celular del escritorio y encuentro 3 mensajes de Emma; Las traidoras fueron a comprar desayuno a McDonald 's en el carro de Gloria, sin mi.

Mientras espero a las traidoras, arreglo la habitación de Emma, salgo de ella para ir a la mía y bañarme.

Me siento en la cama, prendo mi televisor pantalla plana y recuesto mi adolorido cuerpo en la esponjosa cobija.

Voy pasando de canal y doy con las noticias, tal vez te parecerá algo raro y me tacharan como vieja pero me gusta mucho verlas. Me parecen muy interesantes aunque hay veces que quedó tan impactada con todo lo que pasa alrededor del mundo; mucho caos.

Estoy viendo las noticias como acostumbrado a verlas, recostada a mi gran almohada y los pies encima del otro cuando en la televisión aparece un hombre de tamaño mediano anunciando que hace aproximadamente 5 minutos se ha estrellado una camioneta negra con dos personas dentro, quedo atenta mirando de quien trataba cuando mi cuerpo se tensa al ver que sacan de la camioneta a Emma un poco consciente pero llena de sangre por sus rojas mejillas... su largo cabello castaño está desordenado por la tragedia, pero no veo a Gloria, ¿Dónde está?
Mi cuerpo tiembla, las lágrimas salen, desesperada me levanto de la cama y agarro mi teléfono, cierro la puerta como puedo, voy a la clínica que mencionaron que las llevarían.

Dios mío, todo ha cambiado en cuestión de segundos.

Al llegar a la clínica pregunto a la recepcionista por las dos mujeres que acaban de traer a causa de un accidente, me dirigen a la habitación y solamente veo a Emma, ella está despierta, su rostro está bastante rojo y sus lágrimas desbordan por su blanca piel.

Al verme llora aún más y me acerco a ella.

— ¡¿Cariño que ha ocurrido?! —La abrazo sin ánimos de soltarla.
—Abue... ella... ella...— Tartamudea sollozando.
— Dime cariño, ¿Dónde está abuela Gloria?— Su llanto se hace más fuerte.
— Abuela ha muerto, Flor.
— No, no, claro que no... ella también no... no me puede dejar también— Emma me abraza y ambas lloramos en el hombro de la otra...

Gloria no puede haber muerto, mi viejita no, ese ser que aunque no era mi familia me acogió como si lo fuera, fue mi madre, abuela, y todo lo que mi familia de sangre no se digno a ser.

Mis padres murieron y ahora abuela Gloria también... ¿AHORA QUIEN FALTA? ¿EMMA? Porque te lo juro que todo lo bueno que he tenido en mi vida se ha ido en un abrir y cerrar de ojos, ya no soporto está dura realidad... por eso trato de no encariñarme con las personas, trato de poner ese caparazón en mi dulce corazón, hacer pensar que soy una porquería aunque no lo sea.

Quiero irme lejos y no volver más, pero Emma me necesita mucho... a mi Emmita no la voy a dejar sola, aunque ella en algún momento también se vaya como lo han hecho todos.

Sin darme cuenta he terminado acostada al lado de la camilla con Emma.
Se ha quedado dormida en mi hombro, mi niña.

Ya a Emma le han dado de alta, ella solo se golpeó en la cabeza, pero gracias a Dios no le sucedió nada grave.

Roberto ha llegado con Katherine de París al enterarse del accidente y de la dolorosa muerte de Gloria, ha inundado el lugar con su ruidoso llanto. Tampoco va a soportar no tener a su madre al lado.

Emma

Mi vida ahora mismo es un desastre, me duele el corazón y siento que me voy a desmayar en algún momento, estoy acostada en mi cama y solo pasa por mi mente la noche anterior donde abuela me decía que pronto me dejaría... no sabía que se iría tan pronto.

La casa se siente tan vacía como mi corazón, en una semana es mi graduación y ella no estará conmigo; me hizo el vestido más hermoso como el de una princesa, porque ella decía que eso era para ella.

Mi bella Gloria, tanto que quería ir a París y conocer ese chico guapo del que le hablé, que aunque nunca he cruzado palabras con él, me pareció muy guapo; hay algo en él que no logro descifrar, pero es diferente.

Esa noche en la que no tenía ganas de nada, salí de mi casa para respirar aire fresco, me fui para la playa que queda cerca de mi casa y tirada en la arena mirando la hermosa luna y estrellas esparcidas por todo el cielo, mis lágrimas salieron con dificultad por el ardor de tanto llorar, pero mi alma solo quería eso.

Mi soledad aumenta, solo quiero calma en medio de esta tempestad.

                                       *****

Ha pasado una semana después de la muerte de mi abuela, hoy es la graduación... tanto que la esperaba y ahora no tengo muchas ganas.

Mi ánimo está por el piso, así ha pasado desde su inesperada muerte... sin ganas de nada, ahora tengo que sacar fuerzas de donde no las tengo para recibir mi diploma.

Me encuentro sentada al lado de muchas personas y estudiantes a punto de empezar una nueva etapa.

— Emma Sofia Navarro Molina— Me llaman.

Mi corazón se arruga, mis ojos se ponen vidriosos, mis emociones se han vuelto un caos porque siempre me imaginé a mi abuela aplaudiendo desde su puesto.

Ahora solo está papá al lado de Katherine con una sonrisa de orgullo.

Finjo una sonrisa para la foto y al llegar a mi puesto mis tres acompañantes me aplauden y me llenan de abrazos... es lindo tenerlos aunque abuela se haya marchado.

Al acabarse la ceremonia de graduación todos están con sus familias tomándose fotos mientras la mía está con su corazón triste, no he parado de imaginarme a mi abuela feliz junto a mí recordando lo inteligente que soy.

Cuando llegamos a casa todos nos sentamos en la sala; mi papá está en el celular comprando los boletos de avión, Katherine está a su lado recostada en su hombro con los ojos cerrados, Flor está a mi lado con su mirada pérdida.

— Emma— Flor pronuncia mi nombre— Vamos por helados de sandwich, ¿Si?
— Nunca le diría que no al helado de sandwich y menos si es de fresa— Le digo con una pequeña sonrisa.
— Ok, bella dama— Me brinda una sonrisa genuina.

Pedimos permiso y salimos inmediatamente.

Compramos nuestro helado y llegamos a nuestro parque rutinario, estamos sentadas en los columpios hablando de temas al azar y a esto le llamo: UN PLAN PERFECTO.

Un atardecer a tu ladoWhere stories live. Discover now