Capitulo 5

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Llegamos a casa después de trotar y no tengo fuerzas para subir las escaleras, Flor está como si nada pero mi cuerpo no está para nada acostumbrado.

Katherine está en la cocina haciendo el desayuno y mi padre la ayuda a hacer la ensalada de fruta, eso sí es un trabajo en pareja... Admiro tanto su relación.

De mi madre casi no me gusta hablar, ella fue de aquellas mujeres que al enterarse que tienen un hijo lo abandonan, según lo que mi abuela me ha contado; ella me quería abortar pero su madre, mi abuela y mi padre se opusieron a eso por lo que ella no pudo abortar.
Llegaron al acuerdo de divorciarse cuando ella diera a luz y mi padre se haría cargo de mi junto con su madre.
Todo sucedió como lo planearon, su parto fue normal por lo que al pasar semanas ella me dejó y se divorció de mi padre, nunca la consideré como mi madre, podría decir que mi abuela se merece más el título de madre... en realidad se lo merece.

Y hablando del rey de Roma... llamada entrada de mi bella Gloria.

¡Ay! me va a matar virtualmente, se me ha olvidado llamarla y como no tuvo paciencia ella tomó la iniciativa, ahora te aguantas.

— ¡Emma Sofia! Te has olvidado de tu viejita —empieza gritando pero luego hace un puchero dramáticamente —Ya te extraño mucho.
— ¡Hola, hermosa mía! —le digo melosamente.
— Aish, pero ese país te está pegando fuerte —Su sarcasmo intacto — ¿Para dónde echaste a mi Emmita seca que hay que sacarle palabras bonitas a la fuerza? —Se burla de mí.
— Eres una afortunada, no te burles de mi —Reprocho.

Con mi abuela siempre me he llevado demasiado bien, ni peleamos.
Ella ha sido esa mujer ejemplar que agradezco tanto a Dios por su vida... Ha sido mi madre de verdad.

Verdad que sí estoy como cursi, uish.

— Princesa bella, ¿Cómo te ha ido?
— Pues, ¿qué te cuento? —Le digo recordando a la fastidiosa de Flor levantándome super temprano — Tu hermosa Flor, me levantó a las 4 de la mañana para trotar ¡¿Puedes creer eso?! —oigo desde el otro lado de la línea la risa escandalosa de mi abuela.
— Pero si se han prometido que se iban a levantar temprano para trotar —dice soltando la risa de nuevo.
— ¡PERO NO A LAS 4 DE LA MAÑANA!
— Chica, pero no te alteres — sigue riéndose.

Ella y Flor se han encargado de molestarme de por vida haciendo que me altere, son tan ágiles para hacerlo.

— Bueno, cielo te dejo, voy para una cita médica a las 7:30 y solo falta media hora para arreglarme y llegar a tiempo, luego te llamo—me dice despidiéndose de mí.
— Ok, abuela, espero que te vaya muy bien —nos despedimos y me cuelga.

Salgo de mi habitación y bajó para desayunar, ya Flor, papá y Katherine están sentados esperándome.

— ¡Mujer, casi que no llegas! —me dice Flor al sentarme — Me estoy muriendo de hambre.
— Y yo me estoy muriendo del cansancio, mis piernas no dan para más —reprocho por quinta vez desde que empezamos a trotar.
— Ya deja de quejarte y recuperemos fuerzas para mañana— responde sin más. A veces quiero tirarla a la basura, pero recuerdo que es mi mejor amiga.

Katherine nos sirve y procedemos a desayunar.

— Chica— mi padre llama nuestra atención — Les tenemos algo importante que comunicarles.

Vuelve esa mirada sospechosa entre Katherine y él.

—Habíamos quedado que iban a demorar aquí en París dos semanas porque entran a las últimas clases del año escolar —bebe un poco de su jugo y sigue hablando —estuve charlando con Katherine y nos pusimos a planificar sus universidades y a buscar lugares para que estudiarán y en realidad hemos visto sus esmeros en la escuela; este año ya terminan la secundaria y queríamos darles un regalo —y por tercera vez Katherine y mi padre se miran sospechosamente.
— Ya dejen el rodeo que me tiene los pelos de punta —dice Flor y todos soltamos la risa.
—Como dijo Roberto, ya solo falta un mes y medio para que terminen la escuela— Esta vez habla Katherine —El próximo año se vendrán a París a vivir y a estudiar juntas en la mejor universidad la carrera que quieran —finaliza Katherine dejándonos con la boca abierta.

Silencio, voy a morir.

Flor y yo nos miramos y gritamos tan fuerte como pudimos de la emoción.

Si solo el venir a parís por dos semanas me tenía demasiada emocionada, con esto de VIVIR desde el próximo año el cual solo faltan pocos meses, me tienen mucho más emocionada.

¡No lo puedo creer todavía!

Espera... ¿No será una broma pesada de Katherine y mi padre? Porque como lo sea no se lo perdonaría ni por nada.

Este siempre ha sido mi sueño, vivir en París, ¡Dios mío, qué emoción tan grande!

— Al terminar el año yo me iré con Katherine a España por sus graduaciones y año nuevo, allá también nos reuniremos con la familia de mi bella esposa y la pasaremos todos juntos, al día siguiente viajaremos de cuenta a Paris a empezar los trámites de la universidad, Mi madre también se vendrá a vivir con nosotros —nos termina de indicar.
—Roberto, te agradezco todo lo que has hecho por mí, desde que mis padres fallecieron solo los tuve a ustedes como familia, usted se ha convertido en mi padre, me ha acogido como su hija y eso siempre se lo agradeceré —dice Flor con lágrimas recorriendo por sus rojas mejillas— Le prometo que voy a dar lo mejor de mí para ser una excelente estudiante, siempre le daré las gracias por la gran persona que ha sido conmigo.
— Mi bella Flor, te tengo mucho cariño y aunque no sea de sangre en realidad eres mi hija y siempre trabajaré para mi familia, que son ustedes— nos dice el agarrando nuestras manos encima de la mesa.

Este desayuno ha estado bastante melancólico, muchas emociones por un momento.

— Chicas — esta vez llama nuestra atención Katherine— Necesito que me acompañen al centro comercial a comprar materiales para pintar, hoy vamos a tener tardes de chicas en la playa; vamos a hacer un picnic —nos indica.
— ¡Si a todo! —Habla Flor como siempre con ganas de salir y hacer de todo.
— Espectacular, me parece perfecto —respondo bastante entusiasmada.
— Bueno chicas, yo tengo que estar en la empresa en pocos minutos —interrumpe mi padre— Les deseo lo mejor en su tarde de chicas —se despide de nosotras y sale de la cocina.

Un atardecer a tu ladoWhere stories live. Discover now