🍪 ; Final

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-No puede ser, no puede ser, no puede ser— Juan corrió por toda su habitación en busca de su zapato izquierdo-Tonto Juan del pasado, debiste buscar todo ayer-se regañó en voz alta, moviendo con dificultad su cama en busca del zapato perdido.

Un año entero había pasado demasiado rápido, de un momento para otro, su ceremonia y fiesta de graduación era esa noche. Estaba muy confiado en que encontraría todo a la mano, pero se equivocó, y por esa razón estaba más nervioso y afligido al saber que se estaba quedando sin tiempo. Miró el bonito traje que compró para la ocasión, había estado trabajando el doble durante todo el año para ahorrar lo suficiente y seguir ayudando en los gastos de la casa; la idea de aprender a hacer más postres que solo galletas y cupcakes había sido maravillosa, siendo eso lo que lo ayudó a obtener más ingresos.

Su celular sonó, sacándolo de sus pensamientos. Buscó entre el montón de ropa y cosas tiradas hasta que lo encontró, observó el nombre en la pantalla y atendió.

-¿Si?

-¡Juan! ¿Cómo vas?

-¡No encuentro mi zapato izquierdo!-se quejo, apoyando el celular entre su oreja y su hombro para seguir buscando-Es que no entiendo, mi habitación ni siquiera es tan grande.

-Relajate, ¿quieres que te preste un par mío?-preguntó el rubio al otro lado de la línea, peinando su cabello a manera que se viera decente, pero no tan extravagante.

Juan estuvo a punto de responder cuando rápidamente sus ojos cayeron en lo que estaba buscando. Gritó de emoción al encontrarlo, sintiéndose más aliviado.

-¡Ya lo encontré!

-De seguro ya lo habías visto, pero estás tan apurado que no le tomaste importancia —rió el menor.

-Bueno, empezaré a vestirme. ¿A qué horas llegarás?-se miró en el espejo mientras se colocaba su camisa blanca de botones.

-Dentro de poco, robleis pasará por mi junto a Carre y Quackity.

Juan asintió, aunque no pudiera verlo-Genial, ya no tengo tiempo y no me he vestido— lloriqueó.

Hablaron un par de minutos más hasta que colgaron. Juan terminó de vestirse y se peinó de manera casual, se aplicó muy poco maquillaje y se perfumó. La ceremonia de graduación sería corta y luego darían paso a la fiesta, la cual se supone que sería tranquila.

Miró la hora en su celular, dándose cuenta de que Spreen casi pasaría por él, porque obviamente, él sería su acompañante. Sonrió satisfecho al ver su imagen en el espejo, estaba seguro de que se veía muy bien; mordió su labio inferior con emoción al recordar que esa noche tenía permiso por primera vez de quedarse con Spreen, y no es que su hermana fuera una autoritaria que no lo dejara hacer nada, pero ya tenía dieciocho, y no podía seguir negándole poder quedarse con su novio, trató de entender que ella siempre quiso cuidarlo, porque por más que creciera, seguiría siendo su pequeño hermano. Aún así, esa noche, Ari le había dicho que se quedaría con unas amigas, dándole ese espacio para él y spreen.

Minutos después, spreen tocó la puerta de su casa, y sus ojos no podían apartarse de su guapo novio, menos cuando iba en traje también, dándole un aspecto más varonil que llamaba mucho más su atención.

-Te ves precioso-fue lo primero que dijo el pelinegro al verlo en la entrada— Demasiado precioso para que tus compañeros te vean-lo besó con cariño, sonriendo a mitad del beso.

-Ya, debemos irnos dejó un beso en la nariz del mayor-Tú también te ves muy guapo le dio un casto beso en los labios, tomó su mano y se dirigieron al auto.

Una larga noche los esperaba.

Una larga noche los esperaba

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