Lo unico que pedian a gritos los jóvenes era tener una vida normal. Una adolecencia en la que no tuvieran confusión con sus sentimientos, con su forma de ser. Querían ser normales, pero el destino les tenía una mala jugada una muy mala jugada.
Con...
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Ben
Tan rápido paso la semana que ya era Sábado, pero en ningún momento pude decirle a los chicos sobre la fiesta sorpresa que quería organizar para Beverly, eran dos razones por las que no pude decirlo.
1. Beverly por lo general estaba ahí, en los tiempos libres de clase o incluso en clases.
2. Cada que intentaba hablar con los chicos no podía hablar sobre mi plan de la fiesta sorpresa, ya fuera por interrupciones o demás.
Estos dos puntos me complicaban las cosas, primero pensé en decirle a Finney algo me decía que el me podría ayudar mejor que nadie, el problema es que no lo encontraba en los descansos, no tenía la mínima idea de donde se iba.
La segunda opción fue Bill, pero no se despegaba de Stan y casi siempre andaban en su guerra de miradas de amor.
La tercera opción fue Vance, que fue también inútil, Vance todo el tiempo se encontraba junto a Bruce al igual que vigilando a Moose y sus perros falderos (No conocía la razón pero según el era por una buena razón).
El destino parecía conspirar contra mi , pero ya era Sábado y tenía la oportunidad perfecta para reunirlos a todos, sin excusas.
Saque la bicicleta del garaje para ir rumbo a casa de Once y Will. Llegué al destino donde me atendió la señora Byers. Entrando a la casa, pase al cuarto de los chicos que para mi suerte Max y Lucas estaban ahí lo que me facilitaba mas para pasar el recado. El plan era simple solo tenía que avisarle a todos que nos veíamos en el centro comercial en ese momento.
Deje que los cuatro chicos se adelantaran al centro comercial, me dirigí a casa de Mike, no me atendió el, pero si su hermana Nancy.
- Hola Nancy, ¿Está Mike? - pregunté.
La música estaba a todo volumen, las pisadas se oían en el piso de arriba, el rostro de Nancy vislumbraba desesperación y poca tolerancia.
- Música a todo volumen y gritos que el cree que son cánticos hermosos. No Ben creo que Mike no está- hablo siendo sarcástica.
- ¿Puedo pasar?.
Se hizo aun lado dejando un espacio para entrar, subí las escaleras y solo seguí el sonido de la musica para encontrar el cuarto de Mike.
¿Estaba escuchando Elvis Presley? Peor aún estaba escuchando Burning Love.
Ya te perdimos Mike .
Cuando abrí la puerta el sonido era más precipitado que en el piso de abajo, esperaba encontrarlo bailando o saltando, pero estaba mirándose al espejo, cantando mientras arregla su cabello.
- ¿Estas drogado? - exclame para que notará mi presencia.
- ¡BEN! - grito eufórico al verme en el marco de la puerta. Apago la música y rasco su nuca con nervios.
