La enfermedad

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Al llegar a la habitación, dejó salir un grito contra la almohada, fue un grito largo y casi desgarrador, al levantar su rostro de la colcha fina que cubría la almohada.

La volvió a dejar en su lugar, buscó sus cosas y con ayuda de una de sus  damas empezaron a empacar.

—Llama a las demás, que te ayuden a organizar todo esto

—Sí alteza —afirmó la chica

—Ah, y no olviden llevar sus cosas, lamento tener que pedir esto pero el tiempo es corto y debemos movernos.

—No se preocupe alteza, sabe que somos leales a usted —dijo la chica con brillos en los ojos

—Gracias

Al poco tiempo llegaron las otras y mientras la ayudaba a empacar, fue tras Frey, el duque estaba leyendo en la biblioteca del castillo.

Analizaba atento las palabras de un autor anónimo de poesía oscura, no noto la presencia de su esposa.

Solo se concentró en el valor de la lectura, y su última estrofa, de un poema titulado el valor del amor.

“El amor verdadero solo es un sinónimo
Que se usa para convencer y cortejar.
El verdadero amor empieza, cuando
Matas y mueres de verdad

Daisha fue cuidadosa con él, se paró en frente y sonrió al verlo.

—Alteza, debemos irnos —comentó ella

Frey cerró el libro dejándolo en el sofá, tomó sus manos y la miró con tranquilidad.

—Sí es lo que quieres que así sea, pero dime una cosa esposa mía, ¿qué fue lo que dijo el emperador para tomar esta repentina decisión?—respondió besando sus manos

—No quiero preocuparte, solo vámonos y no me hagas quedarme en este horrible lugar —pidió

—Lo que diga mi reina —Frey era amoroso con ella siempre que se lo permitieran

No era como Bennett, y al ver a su esposa tan triste por el emperador, se dejó guiar por ella.

Daisha sonrió por el cariño que demostró.

De verdad, no podía dejar ir a ese hombre.

***

Solo fueron un par de horas para que los duques de Sierna tuvieran todo listo, como empezaron, Daisha y Alysa tuvieron su última conversación como hermanas.

—Lamento lo que pasó, lo que te hice vivir, lo que tuviste que ver —Daisha tomó sus manos

—Ya te dije que eso nunca pasó, el secreto está cuidado y lo importante aquí es que no se vuela a hablar de ello, de acuerdo —Alysa tenía una mirada seria

—Usted es muy fuerte, sabe no me arrepiento de lo que le hice a esa concubina, pero lamento no poderme quedar más tiempo con usted —comentó la duquesa

—No se preocupe, todos podemos ser víctimas de nuestros impulsos. Pero dígame, ¿qué fue lo que le dijo Eileen, para que usted perdiera la compostura? —preguntó

—Nada de lo que deba preocuparse, pero majestad, solo tengo una petición —Daisha la soltó de las manos y abrió sus brazos —¿Podría abrazarte? —pidió

Un abrazo no era tan malo, tal vez era la persona, aún no sabía qué era lo que no le permitía abrazarla, pero debía hacer un esfuerzo, no tendría porque ser mala con ella.

No cuando la ayudo.

Por eso se acercó, extendió sus brazos y la abrazo.

Por primera vez, Daisha conoció lo que era un abrazo fraternal, aunque ella no fuera su hermana, la quería como una, amaba a su emperatriz.

Falsa emperatriz [✔️]Where stories live. Discover now