El destierro de su majestad

957 107 35
                                    

—¡Esto es una locura! ¡La emperatriz no puede pedir la mitad de sus bienes! —Eileen protesto luego de que Catalina le contará todo lo que pasó en el juzgado

—Así es, y si puede pedirlo. Alysa estuvo cinco años casada con él por lo que pedir dinero no le hace daño, además su apellido sigue siendo Sorní Voinescu, por lo que puede pedir con libertad los bienes —terminó explicando Catalina

Ella no lo podía creer, el 40% de los bienes era bastante, casi le quita la mitad del dinero que sería para ella. No quería eso, no quería permitirlo.

Apretó sus dientes y su vestido, observando a Catalina con enojo.

—Catalina, quiero que busques un cazarrecompensas en este momento

—¿Qué? —le sorprendió bastante lo que escuchó de los labios de Eileen

—Ya me oíste, yo quiero…

—Buenas tardes, hija mía —Hayes interrumpió a Eileen

Catalina al verlo ya sabía que significaba, por lo que se paró detrás de ella.

Al ver su rostro sonriente se preguntaba qué era lo que quería el duque, estaba segura que venía para burlarse de ella.

Después de todo, él también presenció el divorcio.

—Cariño, imagino que tu asistente ya te contó las buenas nuevas —comentó él

—Sí y qué

—¿y qué?, ¿vas a dejar que te quiten el 40% de tus posesiones? —. Preguntó rápido

Eileen se quedó observando, giró su cabeza a Catalina y con la mirada le ordenó que saliera, no quería hacerlo, pues desconfiaba del duque.

Pero fue más la mirada de aquellos dos la que la obligaron a salir.

Estando solos se dirigieron a un asiento, Eileen puso sus manos en sus piernas dejando ver más su vientre abultado.

Tenía el ceño fruncido y el duque una sonrisa y una mirada de compromiso.

—¿Qué vas a hacer?

—¿Estamos pensando lo mismo? —preguntó Eileen

El duque asintió con la cabeza y eso llamó la atención de la chica.

—Escucha hija, el total de los bienes es alto y la emperatriz es una mujer débil, sola y rica, sería muy desafortunado que algo le pasara, ¿no lo crees? —su voz trágica le sacaron una sonrisa a la chica

—Una desgracia —Eileen ya tenía un plan

Al igual que Hayes con el que compartían una ligera idea.

—No te preocupes Eileen, yo me encargaré de que esa desgracia ocurra —dijo Hayes, acercándose a ella

Tomó su mano y la besó, arrodillado.

Era algo humillante para él, pero sus miradas era el claro ejemplo de una hija y un padre conteniendo en un plan.

La bruma negra en sus miradas se hizo intensa, y el brillo de los ojos de ambos se apoderaron de sus rostros.

La maldad corre en la sangre de los Louder, familia a la cual el dinero es lo más importante que existe.

***

Como fue propuesto por Bennett, Alysa fue vestida con ropa sucia.

La tela del vestido era tan delgada que no la cubría del frío, era blanco o café en ese momento por la mugre de la tierra, un chaleco color rosa desgastado con agujeros en varios lugares y un cordón que lo apretaba.

Falsa emperatriz [✔️]Where stories live. Discover now