❦ 𝟎𝟖 ❦

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"La mayor declaración de amor
es la que no se hace;
el hombre que siente mucho, habla poco."

✯༄ Platón.

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Un sábado como cualquier otro, llegó a su apartamento a mitad de la tarde luego del trabajo, dejó sus cosas en la entrada y subió la escaleras mientras se despojaba de su sofocante saco y corbata.

Entró a su habitación y al instante una sonrisa se plantó en su rostro, abrió la puerta a su derecha y se acercó con una botella de agua en la mano hasta el pequeño chico que tenía encerrado.

-Papi está aquí, bebé.

Encerrado en una jaula, con sus tobillos atados a los barrotes con cinta adhesiva negra, manos esposadas a un extremo de la jaula, sus ojos vendados y con una peculiar máquina automática con un grueso y largo dildo embistiendolo; así se encontraba Dong Min, otorgándole un placentero espectáculo.

Habían hablado sobre las curiosidades de Dong Min y le pidió, casi que se escuchó como ruego, que probaran algo nuevo en ese lugar.

Desde que se fue a las 10:00 de la mañana, dejó al muchacho soportando aquella deliciosa tortura, y no solo eso, él también tuvo que aguantarse para no llegar más tarde a la empresa.

-Pa-¡Ah!... Papi... Ay-ayúdame- su voz jadeante y quebrada sonó como música para sus oídos.

Lo miró detalladamente, viendo el suelo lleno de todo lo que había derramado en su ausencia y también lo que seguía saliendo. Era un completo desastre.

-¿Quieres que papi haga algo contigo?

-S-sí... Po-por favor.

Apagó la máquina, abrió la jaula y lo desató, aquel cuerpo deshecho quedó tirado en el suelo con ligeros pero notables temblores.

-Has dejado mi suelo muy lleno de tu sucio semen- embarró su dedo de la sustancia pegajosa y la pasó por sus rojizos labios -Lame todo lo que hay en el suelo, asquerosa puta.

Gracias a la transparencia del antifaz, logró ponerse en cuatro patas y lamer el suelo en los lugares donde estaba regado, el castaño no dudó en tomarlo de sus cabellos y llenar su rostro también.

-Quitalo todo, bebé- el omega gimió complacido por la acción hecha y tratando de provocarlo siguió, siendo guiado por sus bajos y masoquistas impulsos.

Y en realidad, de eso se trataba todo. Bin se excitaba al verlo tan vulnerable y como la situación se iba poniendo cada vez más humillante para él; y Dong Min, se excitaba aun más por ser tratado de esa forma y más con saber como reaccionaba el alfa.

Era un juego enfermo donde ambos salían ganando.

-Buen chico, lo has limpiado todo.

Lo levantó bruscamente e hizo que caminara hasta la cama forrada de cuero donde con debilidad pudo sentarse.

-¿Quieres que papi sea quien te haga correr ahora?- quitó el antifaz mientras unía sus labios a los del muchacho y acariciaba su cuerpo provocandole estremecimientos, saboreando entre ambas bocas el sabor de su semen y lubricante derramados.

My Sweet Baby |❦︎| BinwooDove le storie prendono vita. Scoprilo ora