"-¿Prometes quedarte conmigo para siempre?
-Lo haré, ya no dejaré que te vayas.
-Serás mi amo siempre y yo tu fiel sumiso..."
Personalidades muy contrarias, problemas y trastornos a punto de enfrentar. Un camino preparado y un "te amo" en la punt...
-Dong Min, quédate quieto- trató de limpiar su abdomen lleno de su misma esencia luego de que se corriera y el omega no quería, en su defensa, comenzó a tirarle almohadas en el rostro y dar golpes en sus brazos tratando de alejarlo.
-¡No! ¡Alfa malo! ¡Alfa quiere quitar su semen de mí para no tener bebé! ¡Te odio!- lloriqueó y dio golpes más fuertes mientras hacía un horrible berrinche.
-Solo quiero que estés limpio y que vayas a comer- Bin recibió una cuarta cachetada en el día de parte del omega, misma situación lo empezaba a enojar.
-No quiero comer, quiero pene de alfa y un bebé- Dong Min siguió insistiendo, Bin trató de aguantarlo pero se cansó de hacerlo y tomó cartas en el asunto.
Giró su cuerpo dejándolo boca abajo, elevó su trasero y le dio una fuerte nalgada.
-Ya me tienes harto, cállate - el omega muy al contrario de quejarse por la nalgada gimió de gusto.
-Más~... Más, alfa- nuevamente azotó su piel y otro gemido salió.
-¿A tu omega también le gusta ser azotado, Minnie?- el chico no respondió, esperó pacientemente por una nueva nalgada y a los segundos la recibió. Uno tras otro azote en su piel, sus gemidos y jadeos saliendo, su voz pidiendo más y más de ese exquisito placer que le daba ser azotado, mucha más cuando el alfa dejaba caer su mano en su húmeda entrada.
-Alfa... Por favor- rogó esta vez para que se hundiera en él pero no fue su pene quien entró, sino su lengua a tocar sus paredes -¡Ahh!~ - apretó las sábanas y dejó que el castaño lo follara con su lengua, lamiera, succionara su bonito lugar y le otorgara todo el placer que necesitaba.
Apretó su pene y comenzó a bombearlo mientras aún lamía su entrada e introducía su lengua de forma continua comiendo todo su agujero, embarrando una vez más su lengua y labios de aquella dulce y delicada sustancia que amaba saborear en su boca.
De esa forma hizo llegar al chico una vez más, disipando aquel horrible calor que mantenía en su vientre.
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Día 3.
-Minnie... - su voz se cortó, su respiración también ¿Qué se supone que tenía que hacer? ¿Cómo podía controlarse si las feromonas que el omega soltaba le estaban provocando una terrible y dolorosa ereccion? ¿Cómo debía de reaccionar si Dong Min estaba en medio de la cama, con su trasero elevado, metiendo en su interior tres de sus dedos? -Minnie... No hagas eso.
El omega lo miró de reojo y luego cerró sus ojos, metió más profundo sus dedos y gimió, mordió la almohada mientras tocaba en su interior su punto dulce y hacia sufrir al castaño que solamente lo dejó solo para conseguirle un poco de agua.
-A-Alfa~ Por favor- tragó duro y fue acercándose a él, reemplazó los dedos del chico por lo propio y comenzó a moverlos dentro hasta hacerlo venir, sus paredes apretaron sus falanges y sintió desfallecer, su polla endureció, pedía ser apretada de igual forma por su interior, le estaba asfixiando.