Al aire

26 5 1
                                    

En algunos pisos, vagos, ladronzuelos y vagabundos merodeaban, aunque en ese momento Koharu los había echado a todos bajo amenazas.

— Llegaste —dijo.

— Quisiera la historia si se puede —.

— Como sabes, este sitio no es frecuentado por distintas presencias tenebrosas, lo cual imagino la policía descartó. Hace una semana, uno de mis informantes me dijo que a parte de vagabundos y ladrones, alguien más parecía venir aquí, así que lo siguieron y dieron con los sótanos. Ahí encontraron a Okumura atado, con varias marcas en el cuerpo y desnutrido —.

Maya quedó impresionada sin duda, no le creía a Koharu.

— Vamos, si quieres te enseño el lugar donde está —.

Maya asintió y siguió a Koharu.

Si lo que la mencionada decía era cierto, entonces había alguien más peligroso que Ronin, e incluso más inescrupuloso.

Al bajar las gradas y ver a Ronin atado, quedó impresionada.

Su rostro se notaba sucio, la barba que tenía estaba un poco más larga y descuidada, además, usaba una playera vieja y pantalones sueltos rasgados por arrastre y también estaban sucios.

— TÚ, TÚ HICISTE ESTO —dijo ni bien vio a la castaña.

Maya lo ignoró.

— ¿La policía sabe sobre esto? —le preguntó a Koharu.

— Lo dudó, sino hubieran estado aquí antes que nosotros —respondió.

— ESTOY AQUÍ MALDITA SEA, NO HAGAN COMO QUE NO EXISTO, DÉJENME IR —.

— Quien hizo esto es malévolo, no negaré que me dieron ganar de matar al infeliz, pero esto es demasiado, es mucha tortura —.

— No hay pista para saber quién atrapó a ese gusano —.

Maya miró a Ronin, quien la miraba con odio.

— Oye tú, ¿Viste quién te atrapó? —.

— ...¿No fuiste tú? —.

— Te aseguro que no, después de mucho tiempo no tengo interés en que estés bajo tierra —.

— Solo sé que mientras dormía, algo cayó sobre mí y cuando desperté, estaba en una habitación similar, pero ahí habían más cosas metálicas —.

— Así que no viste a tu captor... —.

— En algunas ocasiones vino un tipo, su voz era extraña, no pude diferenciar si era de un hombre o una mujer, pero se divertía a costa de mi sufrimiento —.

— Ya me di cuenta. Dime más, ¿Qué te hicieron? —.

— ¿A caso quieres ayudarme? Lo dudo mucho —frunció el ceño.

— Para nada, solo quiero encontrar a la persona que te capturó, le daré su recompensa por hallarte con vida —.

Ronin bufó sonriendo un poco— no me sorprende. Si te interesa, tengo las manos con ampollar por quemadura, también tengo varias cortadas en la espalda, cortes aún mayores en brazos y piernas —.

— ¿Te hicieron eso directamente o cómo? —.

— ...¿Viste juegos macabros? Eso puede darte una idea —.

Eso fue aún más escalofriante para la castaña— lo que haré por ti es traerte un médico que atienda tus heridas, después veremos lo que sucede —.

La suerte del destinoWhere stories live. Discover now