𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐈𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐒𝐈𝐀

𝐕𝐀𝐑𝐓𝐎𝐍

Capítulo 5

Dentro del salón del consejo de southlandy; la reina Vikenia se encontraba junto al rey Vasko y su hermana Ahela sosteniendo una agradable conversación con referencia a los destinos de sus hijos. Vikenia había pedido hablar con Vasko antes de partir a Armes, ya que ella aseguraría el futuro de su hija antes de irse a su reino.

—¿Sugieres que mi hijo Valko se case con tu hija Lana?

—Sí, lo estuve hablando con Ahela y te seré sincera, Vasko; mi propuesta inicial era casar a Lana con Molko, pero Ahela al parecer quiere casar a Molko con Anya.

Ahela abrió los ojos y miró a Vikenia ante el presuroso comentario mientras Vasko miraba a su esposa.

—¿Pensaste eso, esposa?

Ahela suspiró. —Sí, es una tradición impartida por los dioses en la familia Worwick para hacer perdurar el linaje de ambas castas y consideré que talvez sería bueno que ellos logren traer al mundo un Worwick cabello blanco que sea rey.

Vasko miró a su esposa y asintió en una clara muestra de respeto ante la propuesta, pero él no diría más nada al respecto, puesto que él sabía que eso no era posible, pero la idea de unir a Molko y a Anya en matrimonio no sonó mal a los oídos del rey; además de que su pequeña niña le había dicho en algún momento que quería ser reina, y Vasko quería concederle ese deseo a su princesa así que el rey sonrió y dijo:

—Me parece buena idea.

—¿En serio lo crees? —preguntó Ahela.

—Sí, esposa, sabes que parte de mantener nuestro linaje es unir la sangre Worwick, no hay nada de malo en tu proposición.

Vikenia sonrió viendo a su hermana logrando lo que Ahela quería.

—Por otro lado, ¿qué propones para Valko, Vikenia?

—Cuando mi hija esté apta, vendrá devuelta a Southlandy para celebrar formalmente el compromiso y tú estipularás el día de la boda como el rey que eres. Cuando Donstron muera, Valko ascenderá al trono como rey regente de Armes hasta que nazca el primer heredero de ambos.

—¿Estás consiente que Valko puede acabar con los rasgos Dunnotor? —preguntó Vasko observando a Vikenia.

—Sí, pero recuerda que la sangre Dunnotor también es fuerte a su manera cuñado.

—Está bien, acepto la propuesta, cuando llegue el momento la compartiré con el consejo, ¿cuándo partirás?

—En unas horas, en el camino, le informaré a Lana sobre la decisión que se tomó aquí.

—¡Perfecto! —exclamó Vasko sonriente ante aquel “logro”

Vasko, Ahela y Vikenia brindaron por los dos compromisos pactados en aquella sala.

Sin darse cuenta, estas tres personas estaban forjando acuerdos que solo llevarían a la destrucción a cuatro destinos que jamás debieron haberse unido de esa manera, aunque no lo pareciera.

Finalmente, Vikenia y Lana partieron de Southlandy ese día. Lana no tuvo tiempo para despedirse de Valko, puesto que este estaba en clase de historia junto con un daskalo y no se le podía interrumpir. Al Valko enterarse de que Lana se había ido sin despedirse de él; no evitó sentirse mal, pero jamás lo demostró.

Solo Valko sabía a sus adentros cuanto le había dolido eso, pero su hermana Anya inocentemente le explicó que ella se había ido así porque no la dejaron despedirse de él y el príncipe volvió a sus deberes sin darle más color al asunto.