𝐈𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀

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Capítulo 14

En el reino de Southlandy los días pasaron tranquilamente. El príncipe Molko durante estos días se mantuvo sobrio y procuró retomar los entrenamientos; a pesar de eso, su comportamiento hacia su hermana se mantenía igual de hostil que siempre, pero al menos ya no la buscaba para molestarla.

El príncipe Valko se recuperó de la herida que tenía en su costado sin complicasiones. Aunque ya la herida estaba cerrada y cicatrizada, en ocasiones, él sentía un poco de fastidio, pero no era nada que no le permitiera hacer sus actividades de siempre.

Anya lo cuidó durante ese tiempo bajo la aprobación de su madre, quien encontró normal que su hija quisiera cuidar de él, así como él cuidaba de ella aun así, ella se mostraba un poco apática algunas veces. Las palabras de Molko esa última vez que hablaron calaron hondo en ella; palabras que no pudo corroborar, puesto que Valko no estaba en capacidad para sacarla de dudas sobre la propuesta matrimonial de la que le había hablado Molko, ya que ella sabía que Valko no estaba para dramas en ese momento, y por eso prefirió callarlo y en ocasiones tomar distancia.

Valko había estado percibiendo esto, pero apesar de eso, él no  le había preguntado a ella que le ocurría, pero ese día en particular Anya no quiso verle y él se extrañó por la actitud de su hermana, así que cuando el día culminó y todos estaban en sus aposentos Valko se desplazó hacia la habitación de Anya para hablar con ella.

Al entrar, él encontró acostada en la cama. Ella levantó su mirada para encontrarse con la de él y sin rodeos ella enterró su cara sobre su almohada y entonces él supo de inmediato que algo estaba pasando. Ella jamás se había portado apática ante su presencia.

Valko se acercó a Anya y tomó lugar a su lado para averiguar qué estaba ocurriendo.

—¿Anya qué tienes? ¿Molko te hizo algo?

—No —respondió ella sin mirarle.

—¿Entonces qué sucede? Te he notado rara estos días. —él acarició sus cabellos.

Ella se sentó sobre la cama dándole la cara. Sus ojos se notaban rojos e hinchados por haber estado llorando y justo eso la había delatado. —¿Es cierto que te vas a casar Valko?

—¿Qué? ¿Quién te dijo eso? —preguntó el peliblanco con el entrecejo fruncido. 

—Molko me lo dijo el día que fuiste al bosque, él me dijo que padre ya había arreglado algo para ti, ¿Eso es cierto?  

Valko suspiró y la miró, él no le mentiría a ella. —Sí, es verdad.

—¡¿Por qué Valko?! —gritó ella con rabia.

—¡Anya! —exclamó el príncipe con autoridad para cortar de una cualquier rabieta que la rubia quisiera hacer en ese momento. Ella guardó silencio y lo miró—. Padre ha estado considerando en enviarme a algún reino del norte para buscar alianza con una princesa, pero aún no es momento. —El peliblanco se levantó de la cama.

—¿Crees que eso es consuelo para mí? —Anya le siguió levantándose ella también—. ¿Crees que me consuela Saber que te casarás con otra mujer?, ¡No Valko!

—Anya, debes ser consiente que esto tarde o temprano sucederá; tú te casarás con Molko y yo tendré que casarme con alguien más, pero eso no significa que deje de quererte como lo hago mi amor.

—Pero es que... —a ella se le quebró la voz cargada de tristeza.

—¿Anya eres consiente de que yo también me siento mal al saber que alguien más te tomará?

—No parece —respondió mirándole con rabia.

—No es que no parezca, es que sé que en el fondo de tu corazón tú me quieres solo a mí y eso es suficiente; además, que yo me case con alguien más, no significa que me vaya a olvidar de ti. Eres mi niña y siempre lo serás, y nadie cambiará eso.

𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐈𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐒𝐈𝐀 Where stories live. Discover now