𝐎𝐅𝐄𝐍𝐒𝐀

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Capítulo 6

En la sala privada de los príncipes yacían los tres hijos del rey, más unos sirvientes y la reina Ahela cómodamente sentados sobre un amplio y cómodo mueble.

Valko tenía un libro en mano mientras yacía sentado en un sillón un poco retirado de sus hermanos y madre, mientras que Molko dejaba ver en su rostro lo aburrido que estaba, así que intentó distraerse un poco mirando a su hermana jugar con un pedazo de pergamino sacando figuras del mismo.

—Madre —llamó Anya a su progenitora mientras la reina observaba una hermosa tela.

—¿Si mi niña?

—¿Más tarde podré salir al jardín a dar un paseo? —Preguntó Anya mientras Molko le terminaba de hacer lo que parecía ser un abanico de papel.

—Quizás mi amor, pero ten mucho cuidado —habló la reina mientras Valko solo movía sus ojos para observar a su madre y a sus hermanos hablar.

Un aburrido Varton recorría el pasillo que daba con esta sala buscando distraerse de algún modo e inesperadamente el niño dio con aquella sala que tenía la puerta entre abierta.

—¿Cuidado con qué madre? —Preguntó Anya para alegrarse al recibir aquella figura que hizo su hermano para ella mientras él le dejaba un beso en la mejilla a su hermana de forma natural y alegre.

Ahela alcanzó a observar el gesto de su hijo a su hija y sonrió disimuladamente.

—Debes tener cuidado con el niño que tu padre acogió por caridad en el castillo —hablo Ahela.

Varton estaba escuchando tras la puerta la conversación.

—¿Entrenará con Valko y conmigo? —preguntó Molko.

—No lo creo, de todas formas, si llega a entrenar con ustedes no les enseñará Sr Marty y supongo que un guardia de menor rango se encargará de él. De igual forma, yo lo consultaré con su padre y tú, Anya, no dejes que se te acerque mucho. ¿Sí?

—¿Por qué mamá? ¿Él es bueno, no?

—Puede que sea bueno, pero no sabemos si él será amable con ustedes, además que para la casa Worwick...

—Los bastardos no son admitidos y siempre traen desgracias a la familia —terminó Valko de hablar mientras tenía su mirada en el libro.

Ahela y todos los presentes le miraron y la reina Asintió diciendo: —Es correcto; además mi amor no sé qué tan respetuoso pueda ser contigo, así que no te acerques mucho a él.

—Está bien mamá —sonó la voz de la princesa.

—Si él los saluda, deben saludarlo también y si les habla no lo ignoren, pero tengan mucho cuidado.

—¿Padre debió matarlo, no es así? —preguntó Molko con curiosidad.

—Se supone que es eso lo que hacen con ellos y espero que esto que tu padre hizo no sea reprendido por los dioses más adelante.

—Se supone que es eso lo que hacen con ellos y espero que esto que tu padre hizo no sea reprendido por los dioses más adelante

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𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐈𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐒𝐈𝐀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora