𝐃𝐄𝐒𝐄𝐎𝐒 𝐎𝐏𝐔𝐄𝐒𝐓𝐎𝐒

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Capítulo 11

Valko apresuró su paso y entró en la habitación de su hermana solo para encontrarse con su madre, tratando de calmar entre regaños a Anya por lo que había hecho con la joven doncella.

Anya estaba terriblemente enojada y Valko estaba notablemente fastidiado por el bullicio.

—¿Qué es lo que está pasando aquí? ¿Por qué tu doncella huyó corriendo? —preguntó Valko con voz áspera.

Anya se sentó sobre la cama entre lágrimas y molesta, bajó la mirada mientras cruzaba sus brazos.  

—¡Anya! —habló Ahela para que su hija le mirara, pero Anya se reusaba a darle la cara a su madre y sobre todo se negaba a responderle.

—Madre, yo me encargo —intervino Valko caminando lentamente hasta la presencia de su hermana.

Ahela miró molesta a Anya y dijo con notable irritabilidad. —¡Esto es insoportable! —Ella salió de la habitación de su hija, dejando a Valko y Anya solos.

La rubia aún seguía sentada en la cama molesta, con la mirada a gachas y sus brazos cruzados, negándose a mirar a su hermano, quien se colocó frente a ella.

—¿Qué pasó Anya? —indagó Valko con el ceño fruncido, Pero ella no quiso hablar—. ¡Te estoy hablando Anya Worwick! Respóndeme cuando te hable, o será la última vez que me verás en tu presencia —reclamó él con autoridad.

El silencio se apoderó aún más de la habitación, así que Valko se giró para irse, logrando que Anya rompiera su negación, mientras él tajantemente caminaba hacia la puerta.

Ella levantó su mirada sumida en lágrimas y viendo a su hermano caminar dijo: —¡Valko!

Él se detuvo, se giró y la miró. —¿Qué fue lo que pasó? Es la última vez que lo preguntó.

—¡Ella te estaba mirando!

—¿Qué? —preguntó confuso.

—¡Ella te estaba a mirando, siempre lo hacía. Desde la primera vez que te vio te empezó a mirar con deseo y yo me di cuenta! —exclamó Anya entre llantos sonando histérica.

—Anya, Anya ¿De qué estás hablando?

—¡De la doncella! —gritó entre lágrimas—. Ella te miraba como si tú le interesaras y yo no quiero que nadie te mire, ¡tú eres mío!

—¡ANYA! —gritó el príncipe con autoridad y un tono fuerte en su voz.

Ella lo miró y guardó silencio de inmediato, como si ese grito de Valko la hubiera frenado en seco.

—No Puedes portarte de esa forma solo porque una doncella me miró como sea que lo haya hecho, ¿Qué te hizo pensar que yo estaría interesado? —La fuerte voz de Valko comenzó hacer llorar a su hermana. Si bien el príncipe la quería demasiado y la protegía, él no toleraba este tipo de actitudes ni dramas que consideraba absurdas e innecesarias. Él jamás se fijaría en alguien que no fuera ella.

Anya se levantó de la cama y se acercó a su hermano con lágrimas en sus ojos diciendo: —¡Yo sé que no!, ¡pero me molestó que lo hiciera. Es una insolencia de su parte, mirarte de esa forma y no estoy dispuesta a permitirlo! —gritó en un claro tono de berrinche la niña consentida.

Valko la tomó con fuerza del brazo y mirándola fijamente advirtió. —!Ya basta Anya compórtate! Que sea la última vez que haces algo como esto; jamás fijaría mi atención en alguien que no fueras tú y esto está fuera de discusión, no quiero una palabra más sobre el tema ¿Entendido?

La rudeza del carácter de Valko doblegó a Anya, logrando bajar  su estado de alteración junto con su mirada. Ella bajó la guardia, por alguna razón, la palabra de Valko era la última para ella y la rubia jamás se había atrevido a desafiarla ni estaba en sus pensamientos hacerlo.

𝐕𝐀𝐋𝐊𝐎: 𝐈𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐒𝐈𝐀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora