𝐄𝐋 𝐙𝐈𝐑𝐂Ó𝐍 𝐀𝐙Ú𝐋 (𝐓𝐄 𝐋𝐎 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐄𝐓𝐎)

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Capítulo 7

Tras el desafortunado incidente y la pelea entre los príncipes y Varton junto a las agresiones físicas que tanto Valko como Molko y Anya sufrieron; la reina Ahela no dudó en pronunciarse entre gritos exigiéndole a Vasko que le diera un castigo al aparecido.

Si antes Ahela tenía intenciones de acoger a Varton y tratar de darle una hospitalidad básica en el castillo después del terrible daño que le había hecho a su hijo Valko la mujer no quería volver a ver a Varton y sin titubeo ella le exigía a su esposo, el rey, que asesinara al bastardo que le había hecho semejante afrenta a sus hijos, pero una vez más el blando carácter del rey Vasko hizo de las suyas al querer pacificar las cosas como era costumbre en los Worwick rubios.

Finalmente, Vasko envío nuevamente a Varton a las cuevas profundas donde lo mantuvo aislado durante una semana y posterior a eso el jovencito fue devuelto al castillo y encerrado en sus aposentos durante días, cosa que sabía el rey que le molestaba al niño que se había criado en un ambiente donde la libertad era el todo para él y sobre todo el hacer lo que se le diera la gana.

Por otro lado, el príncipe Valko duró semanas aislado en sus aposentos, mientras su herida curaba y trataba de acostumbrar a vivir con una visión parcial. El príncipe solo permitía la visita de su madre y la de su hermana en la habitación, la que entraba diariamente y duraba largos periodos de tiempo en la misma junto al peliblanco; la compañía de Anya fue grata para Valko en esos momentos, ayudándolo a sentirse bien consigo mismo.

Después de cuatro largas semanas de aislamiento, Valko salió de sus aposentos listo para retomar sus rutinas de entrenamiento. Él creía que al haber perdido su ojo no iba a poder tener la misma habilidad y exactitud al entrenar, pero su hermana una vez más lo impulsó a intentar superar ese miedo, incitándolo a convertirse  en un gran guerrero sin importar que le hiciera falta.

Al dirigirse ese día al patio de armas, él se percató de una algarabía que se iba haciendo más evidente a medida que se iba acercando al patio y al llegar ahí dio con su madre, que al verlo se alegró de que su hijo por fin hubiera tomado la decisión de salir de su escondite.

En el fondo, Valko le debía esto a Anya, la única que realmente estuvo todo este tiempo dándole compañía y apoyo sincero junto aún regalo envuelto en un pequeño trozo de tela de lino dentro de un cofre de oro que al abrirlo brillo con intensidad. Anya le regaló a su hermano un Zircón azul alegando que la joya era parecida al color de su ojo y bromeó diciendo que podría sustituirla por el ojo que le hacía falta, Valko no dijo  nada sobre su idea tan descabellada y solo se quedó pensando en sus palabras para posteriormente guardar aquel Zircón y de esa forma se empezó a forjar un fuerte lazo que trascendería más allá de un simple lazo de hermandad.

Valko le preguntó a su madre que estaba ocurriendo y ella le informó que Varton había huido del castillo y que su padre había ordenado que lo apresaran y lo trajeran de vuelta a lo que Valko respondió ante las quejas de su madre sobre el bastardo dejando en claro las intenciones de Ahela de tenerlo cerca que era  “pagar por la ofensa hacia él”

“Basta de lloriqueos tontos madre, hay cosas más importantes que pensar en un desafortunado hijo de nadie.”

Ahela quedó fría y atónita ante las palabras de su hijo, notando una actitud aún más dura en las palabras de su hijo hacia su persona. El Valko que salió de aquel aislamiento era distinto al que había ingresado al mismo semanas atrás.

 El Valko que salió de aquel aislamiento era distinto al que había ingresado al mismo semanas atrás

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