Capítulo 24

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Una rata menos

Atenea Morelli

Termino de arreglarme en el baño, no puedo salir y que todos vean que estoy recién cogida, aunque es difícil ocultarlo por lo ligera que me siento, me hacía falta el buen sexo, ya lo extrañaba. Mi celular suena provocando que me asuste, saco el celular de mi bolso y acepto la llamada.

¿Qué noticias me tienen?― le pregunto a Adam al ver su nombre reflejado en la pantalla.

Tenemos a la chica.― suelto un suspiro al saber que todo ha salido como lo he planeado.

¿Están seguros de qué es ella?― meto mi labial al bolso y me miro al espejo.

Sí, mi señora, estamos seguros de que es ella.

Bien, llévenla a la camioneta.― termino de repasarme en el espejo por última vez antes de salir del baño.-- Nos vemos en un rato.

Salgo del baño buscando con la mirada a Domenico, este al verme se aleja de la barra y camina hacia mí, su rostro demuestra molestia, la realidad no entiendo por qué está así, ya que antes de irme al baño lo había dejado de muy buen humor.

― Tenemos que irnos.― me sostiene de la cintura y me empuja a caminar hacia la salida del club.

― Justo eso iba a decirte, ya han encontrado a tu hermana.― voltea a mirarme sorprendido, sin creer lo que le estoy diciendo.

― ¿Hablas en serio?― puedo ver como sus ojos brillan de la emoción, como si esto fuera irreal.

― No miento, nunca mentiría con algo así.― me acerco a abrazarlo, me alegra haberlo ayudado en algo tan importante para él, de una forma u otra me reconforta saber que he hecho algo bueno en esta vida.

― Atenea, gracias en serio que estoy más que agradecido contigo.― besa mi frente con ternura.― Deseo ver a mi hermana, además mis enemigos se encuentran presente en este lugar.― asiento y salimos del club.

He pedido que estacionen la camioneta a una distancia prudente del club, todo por mantener la seguridad de la chica, lo más seguro es que se den cuenta de su ausencia en el lugar y estén buscándola.

Domenico y yo corremos a acercarnos a la camioneta, mis hombres al vernos se ponen alerta, Domenico se detiene y me mira antes de acercarse a la camioneta donde se encuentra su hermana.

― Saúl Di Marco se encuentra en este lugar, no puedes volver a ese club.― mira el club que permanece a una distancia prudente.― Es mi enemigo y puede hacerte daño con tal de joderme.

― Creo que has olvidado que también es mi enemigo, anónimamente, pero eso no quita el hecho de que lo sea.

― Entonces no puedes quedarte aquí.― me mira.

― No te preocupes por eso, Adriano y yo iremos a comer algo.― lo tomo de la mano y caminamos hacia la camioneta.― Quiero dejarte a solas con tu hermana, hay muchas cosas de las que deben hablar y no quiero estorbar.― dejo un casto beso sobre su mejilla y me alejo.

― ¿Pero volverás a la casa?― Adriano se detiene a mi lado, observo hacia la camioneta al ver a mis hombres a la espera de Domenico.

― Prometí vivir contigo mientras consigo un lugar seguro, así que tranquilo.

― Está bien, ve y disfruta, pero cualquier cosa no dudes en avisarme.

― Puedes quedarte tranquilo, yo me haré cargo de la seguridad de Atenea.― Adriano tranquiliza a Domenico, nos despedimos y cada uno se aleja hacia su destino.

Sed de poderWhere stories live. Discover now