Birdie 1/2

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Like a bird locked up in a cage called love

(Como un pájaro encerrado en una jaula llamada amor)

He clipped her wings when she was born to fly

(Él cortó sus alas cuando ella nació para volar)


Valentina corría sobre la banda de la caminadora, pensando cómo le explicaría a Jonathan la razón por la que no pudo llegar a la cita para almorzar con él y su jefe. Algo que se estableció con anticipación, días atrás.

¿Cómo explicarle que lo olvido por completo? Que mientras visitaba la empresa de su padre para terminar de sacar sus pertenencias de la oficina, salió una fiesta de despedida para ella. Una que organizaron sus compañeros de trabajo, con los que compartió durante más de dos años.

—Me va a matar —murmuró mientras sacaba el estrés haciendo ejercicio—, fui demasiado irresponsable.

En cuanto se dio cuenta de su error, le marcó para averiguar si todavía existía alguna posibilidad de alcanzarlo. Supo que lo mejor era no aparecerse en el restaurante cuando Jonathan jamás contestó el teléfono.

Checo su reloj, el almuerzo llevaba una hora y media de iniciado. Quedaban dos horas más, antes de que su prometido comenzara con los reclamos y regaños por sus errores. Los que merecía, sin duda alguna.

"Lo amas".

Negó con la cabeza. Mejor dedicar su tiempo a establecer ideas para solucionar lo que se venía encima. ¿Por qué no aprendía? Ella misma ocasionaba con sus deslices, que el pelinegro tuviera que castigarla.

"Soy tan tonta e inútil. En cambio, él es tan dedicado".

Eso es lo que más admiraba, su dedicación. A pesar de sus ocupaciones, siempre encontraba el tiempo para corregirla. Por ello su padre creía que era la mejor opción para ella. Alguien que pudiera darle la vida de princesa que merecía.

Una vez que se duchó y vistió, salió del gimnasio para irse a casa. Miró con nostalgia el recinto, segura de que volvería después de un par de días. Se iba a poner feo.

Su teléfono sonó y contesto sin siquiera verificar el número. Sabía bien quién era.

—Estuve esperándote —una voz gruño del otro lado.

—Lo lamento. Hice lo posible por resolver...—intentó excusarse la castaña.

—Cállate —siseó Jonathan—. Poco me interesan las razones, el señor Coronel estaba ansioso de conocerte y aprovechar para presentarnos a su sobrina, la que será sucesora de sus negocios completos. Debía dar una increíble primera impresión.

—Fui a la empresa... —otra vez fue interrumpida por su prometido.

—Te veo en la casa más al rato —la voz del hombre sonaba tranquila en ese momento, demasiado bueno para ser verdad.

Valentina ni siquiera tuvo tiempo de decir algo más, pues ya habían colgado.

En el camino a su casa, considero llamarle a su hermana y a las personas allegadas —como si tuviera­— pues debía ir poniendo excusas del porqué rechazaría salidas a almuerzos u otros. Eran casi las 17:00 horas. Eva debía seguir en la galería de arte y conociéndola, sabría el verdadero motivo de su llamada, aunque no lo mencionaría.

La culpa la inundó un poco, ya que por ella fue que su adorada hermana consiguió la galería.


Estaba en míWhere stories live. Discover now