It was in me 1/2

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Vigésimo mes

—¡Feliz cumpleaños! —gritó Valentina cuando abrió.

Juliana ni siquiera tuvo tiempo de tocar la puerta, cuando la castaña se abalanzó hacia ella. Apenas y tuvo tiempo para atraparla con cuidado.

—Bueno, este si es un grato recibimiento —soltó una risita la morena con Valentina entre sus brazos.

—Vamos, tengo tu regalo justo adentro —la ojiazul tomó su mano y la jaló con prisa. Juliana solo la siguió sin chistar, le encantaba ver a la otra mujer tan emocionada.

—No necesitabas... —intentó decir la morena.

—Shhhhh —silenció la ojiazul soltándola una vez dentro y perdiéndose en su habitación—. Cuando lo vi, supe que sería perfecto para ti —habló alto para hacerse escuchar.

Minutos después regresó con una caja de tamaño considerable, envuelta con papel de regalo y un enorme moño. Con los ojos tan brillantes como un día con cielo despejado.

—Aquí tienes —le tendió el regalo a su Juliana—. Ábrelo.

Juliana obedeció, quitando con demasiada paciencia las cintas que sostenían el papel en su lugar. Valentina rebotada el pie, expectante.

—Puedes romper el papel —aconsejó la castaña, pues su novia apenas había quitados dos cintas. Lo que llamó su atención fue la leve sonrisa burlona que se asomaba en su cara—, estás jugando conmigo, ¿verdad?

—Lo siento —se defendió la morena entre su ataque de risa cuando al fin la descubrieron.

—Increíble —murmuró Valentina entre dientes y con los ojos entrecerrados acusadoramente.

Juliana levantó sus manos en defensa propia, antes de apurarse y despegar todas las cintas. Cuando termino, solo pudo exclamar un muy audible ¡Oh! Pues en sus manos se hallaba un cofre con la edición especial de Harry Potter. La que más quería y que por falta de tiempo no había podido comprar.

—¿Te gustó? —Valentina se carcomía las uñas de las manos, mirando la perplejidad en el rostro de Juliana—. Realmente sé cuánto querías esta colección y pensé que sería un buen regalo para ti.

Bueno, basta decir que Juliana fue agradecida con su novia. Colmándola del cariño que amaba darle.

Se celebró el cumpleaños de Juliana de la forma habitual. Compartiendo una tarde agradable en el refugio, en compañía de las chicas y de su familia. Llena de comida y diversión. Algo que Juls agradeció múltiples ocasiones a cada chica que veía.

—Debo decir que se ve más feliz que nunca —Lilian le dijo a Val, ambas intentando repartir el pastel de cumpleaños para que fuera equitativo—. Ambas, en realidad.

—Gracias —le sonrió, percatándose de la sensación de su piel, estirándose en la comisura de la boca y la cara en general. Su sonrisa últimamente resaltaba más que nunca. Quizá nunca había sonreído de esa manera o tal vez, ya no recordaba lo que era tener momentos de felicidad duraderos.

—A ti, porque sé que la haces feliz —Lilian continuo en su labor de servir las pequeñas rebanadas en los platos—. Son la una para la otra, no me cabe duda.

—Ella me hace... es difícil de explicar, pero es más que bueno—respondió segura Valentina—. Llevamos poco más de un mes juntas y marchamos de maravilla.

—Lo sé —Liliana soltó una risita—. Juliana ha platicado conmigo y dice exactamente las mismas cosas. Como dije, se merecen —agarró una bandeja llena de platos—. Me iré a repartir esto, te veo al rato.

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