Birdie 2/2

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And how can I escape in this place

And go higher, higher?

(¿Y cómo puedo escaparme de este lugar y volar muy alto?)

How can I avoid the flames

From your fire, fire?

(¿Cómo puedo evitar las llamas de tu fuego, fuego)

And oh, you can't hold me down, no

(Y oh, no puedes frenarme)

Oh, you can't pull me down

(Oh, no puedes derrumbarme)


Faltaban dos semanas para su gran día. Su casi suegra se encargó de organizar hasta el más mínimo detalle para que fuera perfecta. Así que los pormenores se arreglaban rápido.

Aprovechando su tarde y que avisó con tiempo a su prometido, fue a visitar a su padre a la empresa. Sabiendo lo ocupada que su madre estaba.

—Cariño, me alegra verte —su padre la rodeó con sus brazos en cuanto dio el primer paso en la oficina.

—Igual a mi papá —correspondió el abrazo, disfrutando la seguridad que le transmitía—. Traje algunos bocadillos —se separó para enseñarle la bolsa de su restaurante favorito.

—Vamos a conversar mi niña —su padre se alejó para comunicarle a su secretaria que evitara interrumpirlos.

Comieron los sándwiches, conversando sobre la empresa en su mayoría. Considerando su situación actual, le daba igual el tema sobre el que hablaran. Solo quería sentirse normal durante un momento. ¿Normal?

Llevaba un par de días meditando lo que estaba haciendo consigo misma. Los pensamientos que la ahogaban, de vez en cuando, sobre lo parecida que era su casa a una cárcel. La nieve crecía a un ritmo acelerado dentro de ella. Volviéndola incapaz de apreciar algo, menguando la luz del sol. Hasta aquel día.


—Estoy lista, mi amor —bajó del segundo piso, luciendo su quinto cambio de la noche. Uno negro en su totalidad, que se amoldaba a su cuerpo en las zonas adecuadas. Dejando sus hombros descubiertos y con el largo indicado. Las anteriores prendas dejaban mucho a la imaginación, por lo que su prometido se molestó.

—Perfecto, mi vida —el hombre la tomo de la mano para observarla detenidamente —luces muy sexy, sin parecer una ofrecida.

—Sabía que te gustaría —aceptó el cumplido, le estaban dando el visto bueno a su atuendo.

—Vámonos, será una gran noche.

Llegaron al lujoso hotel para la fiesta de inauguración. Los medios se aseguraron de preguntar lo más que pudieran sobre sus vidas.

¿Existía algo importante sobre ella, más allá de ser hija de León Carvajal?

Mientras su prometido daba una larga charla sobre su éxito y su futuro en la política, ella solo posaba para la infinidad de fotos.

Ingresaron juntos una vez dio por terminado la avalancha de información para los medios. Sus padres platicaban con algunos de los invitados.

—Esperaré a mi jefe —explicó Jonathan, desenlazando el brazo que los mantenía unidos —te llamaré si necesito algo.

Asintió más por costumbre que por haberlo escuchado. Una vez sola merodearía por allí. Conocer al señor Coronel, le apetecía muy poco. Aunque el hombre fuera amable y atento, quería respirar lejos de su prometido.

Estaba en míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora