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POV LUZ.

Me encontraba en el portal de mi hermano. Había vuelto a Vera tras un año en la ciudad, quería darle una sorpresa. Miré el reloj y sabía que por estas horas se iría a trabajar. Esperé unos minutos y cuando lo vi venir a través del cristal del portal me levanté enseguida. En cuanto este me vió no podía creérselo.

– ¿Luz? No me lo puedo creer – se acercó hacia mí con los brazos abiertos –. ¿Qué haces aquí? – preguntó aún abrazándome.

– Me he cansado de la ciudad y os echaba de menos – dije separandome del abrazo.

– ¿Entonces te quedas? – vi la ilusión en sus ojos y asentí enseguida –. ¡Que bien! – volvió a abrazarme.

No sabía lo mucho que necesitaba un abrazo de Jon, lo echaba tanto de menos.

– Oye, me tengo que ir a currar pero, sube que Sara se va a llevar un sorpreson – me sonrió.

– Vale, ¿cuando salgas nos vemos?

– Claro, aviso al resto también que están deseando verte – se alejó caminando dejándome en el portal.

Me acerqué al telefonillo y piqué el 2B. Esperé unos minutos.

– Jon, ¿otra vez te has dejado las llaves? – refunfuñó Sara.

– Sí – imité la voz de mi hermano y pareció colar porque esta me abrió la puerta.

No eran muchos escalones así que los subí sin problemas. Sara estaba apoyada en el marco de la entrada con expresión dormida. Cuando me vio acercarme parpadeo intentado adivinar si lo que estaba viendo era real o solo producto del sueño que debía tener.

– Hola, Sara – saludé divertida.

– ¿Luz? – se lanzó a abrazarme.

Estuvimos así unos minutos, otro abrazo que no sabía que necesitaba.

Nos separamos del abrazo y me indicó que pasara.

– ¿Cuando has vuelto? ¿Jon lo sabe? – me arroyó a preguntas en cuanto nos sentamos.

– Hace media hora. Lo estuve esperando para darle la sorpresa – alegue.

– Dime por favor que te vas a quedar un par de días.

– De hecho, me mudo de nuevo a Vera – le dí la gran noticia.

– ¡Vamos! Esta noche salimos a celebrarlo – aseguró emocionada.

– Jon me ha dicho que avisara a estos para quedar esta noche, claramente sin saber que yo estoy aquí, les voy a dar una sorpresa.

– Me gusta el plan – sonrió.

Se quedó unos minutos en silencio y cambió su expresión. Parecía que acababa de recordar algo.

– ¿Donde te vas a quedar?

– Pues en mi antiguo piso, con Marta – respondí obvia.

– ¿No lo sabes? – me miró extrañada.

Me estaba asustando.

– ¿Que debo saber?

– Marta ya no vive allí, alquiló el piso a una chica que vino un par de meses después de que tú te fueras – me contó.

Mierda, Marta no me ha dicho nada. A ver, entiendo que no es necesario que me lo consultara porque yo me desentendí del piso en cuanto tomé la decisión de irme a Madrid. Pero me habría gustado saber que si en algún momento, (como ahora) quisiera volver, el piso me estaría esperando.

En la puerta del al lado || LuznhoaWhere stories live. Discover now