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POV LUZ.

Marta se encendió un cigarrillo y yo observaba sus movimientos.

– ¿Por qué no me has dicho que venías? – me miró expulsando el humo.

– ¿Por qué no me has contado que alquilaste el piso? – le sostuve la mirada.

No entraba en mis planes reprocharselo de esa manera.

Suspiró y le dió otra calada al cigarrillo.

– El piso me recordaba a ti y siempre he querido vivir en un chalet con piscina. Vi la oportunidad y me mudé – se encogió de hombros.

– ¿Y por qué no lo vendiste entonces? – realmente tenía curiosidad

– Porque sabía que acabarías volviendo y necesitarías un sitio donde quedarte – me sonrió.

– Pero Ainhoa vive allí.

– Y estoy segura que no tendrá problema en compartirlo contigo, le sobra casa – se rió.

Le sonreí. Tenía una última pregunta que hacerle antes de entrar.

– ¿Por qué no me saludaste como el resto?

– Intuí que Sara te habría dicho lo del piso y estarías enfadada – tiró el cigarrillo que se había acabado.

– No estoy enfadada, de verdad – la miré asegurándole lo dicho.

Nos abrazamos y decidimos volver.

Julio estaba fuera de la barra hablando con Paolo, cuando me vió esbozó una gran sonrisa.

– Me habían dicho que estabas y les dije que no me lo iba a creer hasta que te viera – habló acercándose hacia mí.

– Ya me ves – di una vuelta y aterricé en los brazos abiertos de este.

– ¿Os pongo dos cervezas? – nos preguntó a Marta y a mí.

Asentímos y cogimos nuestras cervezas.

Menchu y Sara estaban dandolo todo con sus bailes exagerados. Martínez y Jon las observaban mientras comentaban.

Nosotras nos sentamos con Clara y Ainhoa.

– Hola – saludé en general pero la miré a ella porque quería que me devolviera el saludo.

– Hola – sonrió levemente.

Clara se levantó indicando que iba al baño y Marta le dijo que le acompañaba. Nos dejaron solas.

De puta madre, ni siquiera me la presentáis y ya me dejáis a solas con ella.

– Bienvenida de nuevo a Vera – su tono era calmado y tenía una pequeña sonrisa.

La miré extrañada ¿Ya sabía que había vivido aquí?

– Soy Ainhoa, tú debes de ser Luz – asentí.

Tenía un tono de voz muy llamativo.

– ¿Como lo sabes? – me atreví a preguntar.

– Han hablado un par de veces de las ganas que tenían de volver a verte – se refería a nuestros amigos.

Sara apareció y se sentó al lado de Ainhoa.

– ¿Has hablado con Marta de lo del piso?

– Sí pero, debería hablar también con ella – miré a Ainhoa que se encontraba perdida.

Escuchamos las voces de Clara y Marta acercándose.

– Sentaos – les ordenó seria Sara.

– Uuu, ¿que ha pasado? – preguntó Clara intentando no reírse.

En la puerta del al lado || LuznhoaWhere stories live. Discover now