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POV AINHOA.

Dormí muy poco aquella noche y la razón estaba más que clara, cada vez que cerraba los ojos me transportaba a la piscina donde me besaba con Luz.

¿Por qué me había dejado llevar de esa forma?

Ahora no sabía como mirarla sin recordar el sabor sus labios.

Pero haber, fue un beso tonto ¿no?

El típico beso que te das estando súper bebida con tu amiga.

Me desperté con ese pensamiento, miré en dirección a la cama de Luz, quien se había cubierto hasta el cuello con las sábanas y me daba la espalda.

Deberíamos hablar de lo de anoche cuando estemos a solas en el piso.

Aparté esos pensamientos y salí de la habitación tratando de hacer el menor ruido.

- Buenos días - pegué un brinco.

Menchu estaba en pijama detrás de mí.

- Ay perdona ¿te he asustado?

- No, solo que no me esperaba a nadie en medio del pasillo a estas horas.

Eran las diez de la mañana, tampoco era tan pronto pero para las horas a las que nos habíamos acostado lo era.

Nos fuimos a la cocina, Menchu preparaba café mientras yo miraba a la nada intentando poner mi mente en blanco y no pensar en...

- ¿Luz sigue dormida? - me pasó la taza de café.

Asentí.

Menchu se sentó a mi lado con su taza también.

Encendí mi móvil y me topé con una foto de las dos mirándonos sonrientes como fondo de bloqueo.

- Una noche de diversión eh - Menchu miró la foto.

- No recuerdo mucho - apagué el móvil.

Y era cierto, no recordaba cuando nos hicimos esa foto y mucho menos cuando la puse de fondo.

Me levanté a por un paracetamol, el dolor de cabeza por la resaca estaba haciéndose más notorio.

Menchu me dijo que haría tostadas para las dos y se lo agradecí.

Rato después se despertó Martínez, este era el segundo que menos bebió anoche y no le hacía falta tomarse nada para la resaca. Debería de seguir su ejemplo y así no haría ninguna gilipollez.

- Buenos días a mis dos soles - besó la frente de Menchu y luego acarició su barriga.

- ¿Yo también soy uno de tus soles? - le hice un puchero.

- Tú eres la Tierra, pasan más tiempo contigo que conmigo - Menchu y yo nos reímos.

Mandó a Menchu a sentarse conmigo mientras el terminaba de hacer las tostadas.

- Está así desde el primer día - suspiró.

- Pero no te quejes boba.

- Eso, hazle caso a tu amiga - apoyó untando la mermelada de frambuesa.

Nos pasó las tostadas y se puso hacer un para para él.

- Espero que no halláis cogido ningún resfriado.

- ¿De qué habla? - preguntó Menchu sin comprender.

- Que aquí tu amiguísima y su amiguita estaban dándose un bañito de madrugada.

- ¿Qué "amiguita"? ¿Qué dices?

- Nos encontró a Luz y a mí metidas en la piscina a las cuatro de la mañana - expliqué.

En la puerta del al lado || LuznhoaWhere stories live. Discover now