Capítulo 03.

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Puede sentir sus ojos sobre él en el desayuno y tiene que obligarse a terminar antes que el resto

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Puede sentir sus ojos sobre él en el desayuno y tiene que obligarse a terminar antes que el resto. 

Se pone de pie y camina hacia afuera, iniciando la formación. Mike lo sigue tan rápido como sus pies le permiten. 

—¿Pasa algo? —susurra hasta llegar a él. 

Niega dos veces, pero se gira y lo mira dudoso, no tiene claro qué tanto puede expresarse. 

—El Subteniente...—habla bajo, casi susurrando. —No dejaba de mirarme. 

Ayer, tras la comida, los habían sacado para darle la bienvenida al Subteniente y su hijo, el cual nunca se apareció, al menos, no frente a ellos. 

Ninguno de sus compañeros le ha explicado por qué el hijo de alguien tan importante tendría que estar ahí. 

—No se quedará mucho tiempo. —le asegura, en un intento por tranquilizarlo. 

Debería comenzar a tomarse el medicamento que su madre le había entregado antes de partir, el cual al parecer le aseguraba no soltar ningún olor. 

—¿Por qué se apresuraron? —Lucas llega hasta ellos, incorporándose en la formación. 

El resto de los betas y alfas van saliendo de la cafetería, hasta quedar todos fuera. 

—¿No les parece extraño que el Subteniente esté aquí? Digo, es un campamento bueno, pero no creo que sea para tanto. 

—Yo no he visto a su hijo. —Denise, un beta bajito y de lentes, les susurró. Era su vecino, de la cabaña 20. Guardaron silencio, si Denise los escuchó, el resto también. —Pero dicen que es atractivo. 

Nick se mantiene quieto, pero no puede evitar prestar su atención en Denise, se ve joven, incluso más que él, quizá 12 años, y no logra entender qué hace ahí. Él había hecho hasta lo imposible en casa, para no llegar a ese lugar.  

Nada le había funcionado, ni la resistencia, la huelga o las suplicas, incluso su último recurso; llorarle a su madre. 

Nada le funcionó. 

¿Denise estaba por su propia voluntad? 

—El Subteniente viene seguido. —Mike le susurra. —Pero siempre se va pronto. 

Si el alfa intentaba tranquilizarlo, no lo estaba haciendo bien, porque aquella información, en lugar de hacerlo sentir alivio, le genera incertidumbre. 

¿Qué si el Subteniente sabía quién era? ¿El Coronel lo había delatado? 

No le molestaría que supieran lo que era, porque a él no le creaba un conflicto, bueno, estando ahí sí, porque no quería ser señalado por todos como una amenaza y en el peor de los casos, como una carnada.  

Un juguete con el que todos pudieran divertirse. 

—Avanza, Nick. —Mike lo empuja despacio. —Vamos al campo. 

Indeleble •Taynic Galikhar•BorradorWhere stories live. Discover now