Adolescente enamorada

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"¿Estás listo?" pregunta Dazai.

Chuuya pone los ojos en blanco y se pone su mascarilla negra, mirando la sonrisa en los labios del moreno antes de que lo oculte detrás de su propia mascarilla. "Siempre me preguntas lo mismo", dice con la voz un poco amortiguada por la tela. "Solo cierra la maldita boca y hagamos esto de una vez".

"Tal vez tu madrastra tenga razón", continua Dazai, y aunque Chuuya no puede ver sus labios, sabe que está sonriendo. "Soy una mala influencia para ti".

El pelirrojo lo mira fijamente. "Sí, una mierda. Para nada solía robar antes de que tú lo sugirieras".

Dazai se ríe. "Lo sé", afirma. Se dirige a la tienda, las luces del nuevo negocio encendidas, ya que el sol se ha puesto hace como media hora, y las puertas cerradas. "Vamos entonces, mi pequeño cómplice".

"Cállate", suspira Chuuya, y luego sus ojos se posan en la bolsa de plástico arrugada que Dazai saca de su bolsillo. "Oye, ¿qué carajos? Eso es tram—"

Pero todo lo que Dazai hace es sonreírle antes de salir corriendo hacia la tienda.

Chuuya se queda estupefacto en su lugar por un segundo.

Pero en el segundo siguiente la adrenalina se dispara por sus venas y no puede evitar sonreír.

Que maldito tramposo.

Chuuya entra corriendo a la tienda detrás de Dazai. Como era de esperar, el moreno ya ha ocasionado el caos, cosas esparcidas por el suelo, los cajeros y empleados paralizados, sin saber qué hacer mientras alguien está corriendo alrededor de la tienda y robándoles de una manera muy obvia.

Uno de ellos grita, "¡Detente! ¡Detente ahora mismo!", y luego otro se une, "¡Vamos a llamar a la policía!"

El caos que provoca funciona a favor de Chuuya, porque logra escabullirse fácilmente por los pasillos mientras que los empleados persiguen a Dazai, y rápidamente mete todo lo que ve en sus bolsillos y entre sus brazos, con una sonrisa en su rostro y la sensación de adrenalina pura recorriendo sus venas. La adrenalina siempre hace que el momento sea cien veces mejor.

Uno de los cajeros que está persiguiendo a Dazai se detiene repentinamente en el pasillo en el que está Chuuya y mira boquiabierto al chico que tiene toda una montaña de bocadillos en sus brazos. "¡Chicos!" grita el hombre, levantando su brazo para apuntar al pelirrojo. "¡Hay otro niño aquí! ¡Otro más!"

"¡Oh, tienes que estar bromeando!" alguien más grita.

Chuuya no puede evitar reírse por lo bajo.

Probablemente sea hora de abortar la misión.

Rápidamente se da la vuelta y comienza a correr lo más rápido que puede, agarrando algunas cosas más que puede ver en el camino, el hombre corre detrás de él mientras gira bruscamente por los pasillos y se dirige hacia las puertas dobles que están en la parte delantera de la tienda.

Con la forma en la que los empleados salen corriendo de la tienda,

Debe significar que Dazai también acaba de escapar.

"¡Niño!" grita el hombre detrás de Chuuya. "¡Detente! ¡Habrá consecuencias por tus acciones! Sabemos quiénes son. Son los dos niños que van robando en los supermercados de Yokohama, ¿no?"

Chuuya sonríe.

Cuando pasa al lado de un carrito de compras, lo desliza contra el otro hombre para frenarlo y luego sale disparado por las puertas delanteras de la tienda que se abren automáticamente para él.

Y luego entra en la oscuridad de la noche.

Chuuya corre y corre. Incluso después de doblar la esquina y haber dejado a los empleados del supermercado muy cansados detrás de él, sigue corriendo porque tiene una resistencia increíble luego de estar haciendo esto por tanto tiempo.

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