No te soltaré

599 64 81
                                    

El día en el que sucede, la mañana comienza prácticamente igual que cualquier otro día.

Chuuya se despierta, toma una barra de cereal como desayuno e intenta escaparse de la casa sin tener que interactuar con ninguno de sus padres. No porque los odie. Él los ama, pero tener que comunicarse con ellos a primera hora del día tiende a agotar toda su energía por el resto del día, por lo que siempre trata de irse lo más rápido que puede.

Y luego va a la casa de Dazai para presumir sus buenos pulmones y despertar a toda la cuadra.

Y luego caminan juntos a la escuela, unos minutos tarde como siempre.

Obviamente Chuuya está un poco alerta, porque ha desafiado a Dazai, lo que significa que el moreno definitivamente va a hacer algo, y ya han pasado seis días. Así que, o ha sido muy flojo para pensar en algo, o la broma está tardando un poco en realizarse y necesita que todo sea perfecto.

Chuuya duda seriamente que sea la segunda opción. No suena para nada a Dazai. Si Dazai planea algo, siempre es la noche anterior y no durante seis días seguidos.

El chico es más flojo que el papá de Chuuya.

"Las vacaciones de verano son dentro de días", afirma Akutagawa durante el receso. Se ve tan malhumorado como siempre, con los labios un poco hacia abajo y los párpados relajados para que parezca que preferiría estar en cualquier otro lugar.

"Sí", dice Yosano, con una mirada contemplativa en su rostro. "Creo que podemos intentar reunirnos al menos una vez a la semana. Todos nosotros, ¿está bien? Podemos ir a la playa".

Los ojos de Atsushi de abren, su rostro se ilumina. "¿La playa?" repite. "Nunca he estado en una playa. Quiero ver el océano".

"Vamos a tener mucho trabajo que hacer", afirma Kunikida, subiéndose las gafas a la nariz. "Si intentan holgazanear y posponer las cosas, apareceré en sus casas con diez libros de texto y una pistola".

"¿Tienes un fetiche con el juego de roles?" le pregunta Yosano al chico.

Las mejillas de Kunikida se tornan rosadas. "¡No! Eso es... me refería a estudiar", se queja poniendo los ojos en blanco. "De todos ustedes, Dazai es el único que obtiene buenas notas".

"¡Oye!" se queja Chuuya, recogiendo un palo y arrojándoselo al chico rubio. Probablemente se habría abalanzado sobre él, tal vez lo habría sacudido por el cuello, pero cierto moreno tiene la cabeza en su regazo, por lo que no puede exactamente levantarse. "Tengo mejores notas que ese idiota".

Dazai se burla en la rodilla de Chuuya. Tiene los ojos cerrados, pero no está durmiendo. "Mejores notas, mi trasero. Casi desapruebas Ciencias Sociales a mitad de período".

"'Casi' es la palabra clave", responde Chuuya, agarrando un puñado del cabello castaño de Dazai y tirando con tanta fuerza como para lastimar su cuero cabelludo, ganándose una pequeña mueca de dolor de su parte. "Obtuve ochenta y dos en literatura japonesa".

"¿Oh, en serio? Yo obtuve cien. Y también obtuve el séptimo lugar en todo Japón. ¿Vas a seguir discutiendo, perdedor?" pregunta Dazai. Abre su ojo izquierdo con el solo propósito de ver el rostro molesto del pelirrojo, y luego sonríe un poco, dejando que su ojo se cierre nuevamente.

"Bueno..." refunfuña Chuuya, un poco desanimado. "Podría mejorar si..."

"¿Si quisieras?" Dazai termina con un breve resoplido. "Definitivamente no había escuchado eso antes".

"¡Deja de ser sarcastico!"

"¡Deja de engañarte!"

"¡Puedo hacer cualquier cosa mejor que tú!"

Inseparable • SoukokuOù les histoires vivent. Découvrez maintenant