𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐈𝐈

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Izuku se levantó mas temprano de lo normal, se vistió con el kimono verde que le habían entregado, era muy bonito si tenía que ser sincero, pese a ser la única prenda que tenía para vestir aparte de su ropa de aseo.

Cargó su bolso y abrió la puerta para salir de su habitación, pensó en ir a la cocina para preparase algo de comer para el camino, pero recordó que esa mansión ya no era más su hogar.

Aunque sinceramente, no lo sentía como un hogar.

¿Cuándo lo había perdido todo?

¿Desde cuándo pasó de ser el hijo de Inko Midoriya, a ser un criado de su mismo hogar?

Lo recordaba tan claro, desde que su hermanastra presentó su don y él no presentó nada.

Una de las criadas le otorgó un mapa en el cual venía señalado donde quedaba la casa de su prometido, viendo el trayecto tenía que apresurarse para llegar antes de que anocheciera.

Sería la primera vez que saldría, todo sería nuevo para él.

Pero no podía entrar en pánico, debía llegar a la casa de su prometido.

Al llegar a las puertas qué daban la entrada a la mansión, nadie lo estaba esperando, muy en el fondo hubiera deseado qué su madre estuviera ahí para despedirlo.

Desear cosas imposibles no era algo nuevo para Izuku.

Al llegar a la entrada pudo ver que ahí estaba el prometido de Setsuna, no sabía si reverenciarlo puesto que aun no era parte de su familia.

Simplemente decidió ignorarlo y continuar con su camino.

—¿No piensas saludar?

La voz de Shindo detuvo su andar.

—Buenos días joven Shindo —se disculpó Izuku mientras le hacía una reverencia.

Shindo sonrió maliciosamente.

Izuku al ver esa sonrisa sintió escalofríos, por lo que se apresuró a irse.

—Lo siento joven Shindo, pero debo ir a mi nueva casa.

Antes de que Izuku pudiera irse, fue sostenido desde la muñeca por la mano de Shindo, se puso nervioso ante ese contacto.

Pero no nervioso del bueno, sino del malo.

—No sabes cuanto hubiera deseado qué mi prometido hubieras sido tú y no Setsuna —murmuró cerca de su rostro.

Izuku palideció al oír esa revelación.

—Solamente espera, y te arrebatare de las manos de ese maldito sujeto.

Izuku se alejó abruptamente, no le gustaba lo que ese tipo le decía.

—Lo siento joven Shindo, ya debo irme —no esperó por una respuesta y se fue rápidamente de ahí.

Mientras que en el rostro de Shindo se puso observar una sonrisa meramente malévola.

Izuku fue directamente a una de las estaciones para tomar uno de los trenes, pagó con algo de dinero que venía en un sobre junto con la carta donde venía la propuesta de matrimonio.

En el sobre venía especificamente qué el dinero debía utilizarse para pagar el boleto del tren, el cual llevaría al prometido o prometida a su nueva casa.

Izuku creyó que el dinero sería exacto, pero sorprendentemente habían sobrado unos cuantos billetes.

En cuanto llegará a su nuevo hogar le daría el dinero que había sobrado al señor Bakugou.

Arreglo Matrimonial [KatsuDeku] Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin