Dee, todo comenzó como algo que odiaba, algo de lo que me quería deshacer a toda costa...yo no quería amarte... pero aún así aquí estamos, ahora quiero que esto dure para siempre, acaso es mi culpa?, Dee que haremos ahora...será que nuestro pequeño...
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El peli rubio bajaba lentamente las escaleras, cada paso que daba era dudoso, su mirada estaba perdida, parecía sumamente pensativo en aquel momento.
No obstante, esto no evitó que bajara al primer piso de su casa, para después alzar su mirada y dirigirla a distintos lados, volteando una y otra vez su cabeza, esto con el fin de encontrar a su progenitor.
—que tanto buscas Dee?
Una voz femenina llamo la atención de Dee, quien al instante pudo reconocer de quién se trataba
—a papá, lo has visto, tía Anna- Dee no dirigió su mirada a su tía y mientras su seño se fruncia, en sus labios ya se hallaba una sonrisa fingida.
—"Glam" fue a comprar cosas al súper— su voz era arisca al mencionar el nombre de el padre de Dee, mientras que con sus dedos resaltaba las comillas puestas en el nombre de Glam, moviendolos de arriba abajo
El pecoso suspiro y volteo su rostro, topando su mirada con la mujer, quien aún seguía con una expresión de desagrado
—y mamá?— preguntó con un tono de voz más gélida
—ella fue a arreglar nuevamente su moto, presiento que se tendrá que comprar otra— su rostro suavizó su expresión, poniendo una cara de aburrimiento
Dee limito sus palabras, para simplemente regresar a las escaleras, comenzando a subir estás.
Anna por otro lado, miraba al chico alejarse, siguiéndole con la mirada.
El mayor nunca pudo formar un vínculo más amistoso con su tía, esto debido a sus personalidades las cuales chocaban continuamente y más aparte, Dee no soportaba el trato que ella le daba a su padre, siempre demostrando que Glam era un estorbo y molestía, esto a pesar de que el nunca la trato con indiferencia.
A los pocos minutos la mano pálida y pecosa de el peli rubio, tocaba la puerta de Heavy, su corazón latía con fuerza en cada golpe que daba, mientras que sus mejillas se sonrojaban.
El Infante no tardó en abrir la puerta, encontrando a su hermano mayor frente a el, pero en cuanto sus ojos verdes se vieron atraídos por los diamantes azules de Dee, el mayor se abalanzo a Heavs, tomándolo de la nuca y besándolo al instante.
Las pupilas de Heavy se dilataron de inmediato, mientras que daba pasos hacia atrás aún con sus labios sofocados por la boca ajena.
Dee por su parte, sin separarse de Heavy, tomo la puerta y la cerro con lentitud, mientras arrastraba a Heavy a su cama, para después acostarlo en ella, quedando encima de el pelirrojo.
—parece que el día está de nuestro lado Heavs— tarareo Dee con una voz melosa, mientras que acariciaba los cabellos rojizos de Heavy
—a que te refieres?— preguntó juguetonamente mientras acariciaba el labio inferior de el pecoso
