Too Far Gone? (METALLICA, Klars)

8

Ese día concilié el sueño y descansé después de mucho tiempo que mi cuerpo se acostaba, pero no reponía fuerzas. Estoy comenzando a desesperarme con respecto a mis planes fallidos de muerte. Han pasado dos semanas y terminé de analizar el manual. Sólo quedan muertes dolorosas que no me atrevo a cruzar.

Dejé mi marcador de páginas en el capítulo de 'electrocutamiento' ya que ese fue lo último que repasé buscando alguna alternativa.

A la hora de almuerzo, antes de irnos al estudio, me quedé mirando fijo a la pared, revolviendo la comida con gran desinterés. No he dejado de pensar en Lars. Aquella experiencia caminando a media madrugada me hizo abrir los ojos de otra manera, de una que no me gustaría admitir jamás. Sólo puedo decir que soy un débil de mente. ¿Por qué debo generar esta clase de lazos con alguien que fue amable conmigo? Él ni siquiera es capaz de darse cuenta de la mierda que estoy pasando, sólo es un bastardo con mucha suerte que me interrumpe en el peor momento.

En la noche, fui a encerrarme a mi cuarto para aclarar mi cabeza mientras los chicos bebían alcohol como de costumbre. Pronto acabaremos de grabar el disco y nos devolveremos a San Francisco. No voy a aguantar otra noche en este país gélido. Algo debo hacer.

Tras varias horas de llanto, me sacó de mis cabales que se cortara la luz en la casa. Me asomé por la ventana y la ciudad se veía bien iluminada, ¿qué mierda pasó?

Las quejas de los chicos no se hicieron esperar pues la música cesó y se quedaron a oscuras en su fiesta. Rodé los ojos.

A los minutos después, una jodida linterna me iluminó la jeta y arrugué la cara entera.

"¿Estás bien, Kirk?"

"¡Lars! ¿De dónde sacaste esa mierda?"

"Del kit de emergencia, ¿quieres venir con nosotros?"

Silencio.

"Oh... ¿Estuviste fumando? Tienes los ojos hinchados."

"Cállate..." Crucé los brazos.

"No tienes cara de querer dormir luego."

"Cierto."

"Vamos con los chicos, podrías contar historias de terror para mejorar este ambiente." Movió las cejas de forma coqueta.

No les voy a mentir, sonaba increíble. Mi mal ánimo me quería muerto, y esa propuesta me quería pasándola bien en el primer piso con los chicos. Le pedí a Lars que me iluminara el camino al baño para poder lavarme la cara y así empezar nuestra sesión de historias.