Too Far Gone? (METALLICA, Klars)

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Me sentí valorado por los chicos cuando contamos historias de terror. Olvidé la última vez que pasé el rato de ocio con ellos, aparte de lo que es almorzar y grabar el disco. Hoy finalizamos el trabajo en estudio. Nos vamos de aquí la próxima semana, menos mal.

Pero yo no estoy tranquilo. Esos momentos de calidad que he experimentado en mis intentos de suicidio, no son suficientes para disipar la aflicción que llevo experimentando por tantos años, aquellas heridas en mi mente que no cerrarán nunca.

Por cuatro días fui construyendo este ascenso a la locura, un ascenso dentro del mismo ascenso que ya vivía antes cuando quise ser racional y premeditar mi forma de morir. Estoy desesperado y tendré que recurrir a lo que sea para concretar mi cometido.

Es difícil siquiera expresar mis emociones porque vivo con mucha gente, pocos espacios de privacidad auténtica que no sea en la noche...

Ya no me importaba nada y corrí hacia el baño con un six pack de cerveza. Del botiquín del mueble saqué todas las aspirinas y analgésicos que pude, quién sabe desde cuándo Cliff los tiene, a lo mejor están vencidos.

Abrí la primera lata y procedí a tragar una a una las pastillas. De verdad necesitaba beber algo más allá del efecto somnífero, porque sabían a mierda. Se me escapó una arcada. Respiré hondo. No puedo parar, ya empecé. Un sorbo profundo y más pastillas para dentro.

Acabé las tabletas y me dejé caer al piso, con la cabeza apoyada contra la pared. Mi mano temblorosa buscó otro lata y seguí bebiendo, mi mirada perdida buscaba ayuda.

Lars, ¿por qué no vienes ahora? ¿Dónde estás?

Me duele mucho el estómago.

Otra lata más. Y otra...

Creo que ahora sí es el final. Mi anatomía cede y no puedo agarrar la última cerveza. Más de alguna vez quise vomitar, sin embargo, en este estado de cansancio extremo es como si ya nada existiera.

Te extraño, enano, a ti y a tus ocurrencias. Tu inocencia...

Quiero que toquen la puerta, abrir y seas tú.