C A P Í T U L O 16

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Jared

Tiré el bolso al suelo y me aventé sobre la cama de forma brusca, rebotando un par de veces en el proceso. Hundí la cara en mi almohada e intenté silenciar los tormentosos pensamientos que se aglomeraban en mi interior mientras ignoraba el dolor que se había instalado en mi pecho tras los últimos acontecimientos que me causaron más que nada confusión.

Derek había comenzado a evitarme de forma repentina y en todo lo que podía pensar era que la culpa la tenía yo por haber intentado besarle aquel día en las fábricas sin su consentimiento.

Al principio, pensé que estaba imaginando cosas y que Derek en realidad se encontraba ocupado con asuntos de la universidad. Pero había dejado de comer en la mesa del almuerzo, ya no iba a la biblioteca y cada vez que me acercaba para invitarle a salir, inventaba alguna excusa estúpida sin siquiera mirarme a la cara.

Y dolía.

Dolía sentirse rechazado por aquel chico dulce que se había ganado un pedazo de mi corazón.

Pero el declive fue aquel día en que intenté enfrentarle y terminé lastimándole al haberme dejado llevar por la frustración y el enojo que me causaba sentir que me había dejado de lado sin explicación.

No podía olvidar la mueca de dolor que hizo ni la forma en que huyó de mí como si me tuviese miedo.

Alcé la cabeza y la golpeé con la almohada mientras un grito de frustración salía expulsado e irritaba mi garganta. Aunque el ardor era soportable si le comparaba con el rechazo que había estado recibiendo las últimas dos semanas.

Porque luego de mi pequeño arrebato, Derek faltó dos días y luego de allí eran extraños los momentos en los que le veía por los pasillos o en algún lugar de la universidad.

La puerta se abrió de repente, sacándome de mis tormentosos pensamientos. Giré mi cabeza hacia la pared para poder respirar de forma correcta, quedando del lado contrario de James para evitar algún tipo de conversación.

—Hey, ¿estás libre?

Cerré los ojos con fuerza y suspiré, sabiendo que mi gemelo no tenía la capacidad de deducir cuando una persona no estaba de humor.

—No.

—¿Qué harás?

—Descansaré un rato.

Ajusté la almohada debajo de mi cabeza y me dediqué a observar los posters pegados del lado de mi pared mientras intentaba con todas mis fuerzas silenciar mi mente.

—¿Y a ti que te pasa? Estás raro desde hace días.

—Solo no estoy de humor, James.

La cama se hundió cuando mi hermano se sentó a mi lado solo para tocar de forma repetitiva mi hombro.

—¿Ocurrió algo malo?

Lo pensé por un momento, pero fue más rápido lo que hice un movimiento de cabeza para hacerle saber que todo estaba bien. No valía la pena intentar contarle a James porque no haría el intento de comprenderme sin antes caer en prejuicios y juzgarme.

Sería una pérdida de tiempo y prefería dejar las cosas como estaban antes de comenzar un pleito.

—Solo estoy cansado, James —respondí de forma tajante, esperando que se detuviera allí.

Mi gemelo se quedó en silencio por un largo rato hasta que pareció cansarse de ser ignorado porque a los minutos se levantó para irse a su propia cama. Cerré mis ojos y suspiré, preguntándome cuando se iría la sensación de desgano que había consumido mi cuerpo por un chico que tenía poco de conocer, pero con el que sentí que había forjado una increíble conexión.

El enigma de Derek  [P#2]Where stories live. Discover now