Park Jimin es un hombre felizmente casado que tras una terrible tragedia queda viudo y a cargo de su pequeña hija de 4 años
Yoongi un joven que llega a la gran ciudad de Seúl para seguir con sus estudios.
Jimin caminaba con un ramo de rosas amarillas en sus manos, hace ya un tiempo que no iba a ese lugar, tenía tantas cosas en su cabeza, pero tenía que hablar con ella, saber si lo lo estaba sintiendo era real.
— Hola, pasó mucho tiempo desde la última vez que vine — se acercó a la pálida — te traje tus flores favoritas — se sentó en el grass dejando la flores — te extraño mucho Yoonji, siento que si tu estuvieras aquí, todo seria más fácil para mi, seguro que te preguntaras de que estoy hablando, bueno aquí va.
》conocía a alguien, es muy lindo y ocurrente, Yoonji... ¿está bien que me guste alguien más? Se que me dijiste que haga mi vida, pero siento que te estoy traicionado — lagrimeo — fuiste mi primer amor, por favor dime que tengo que hacer. Después de ti, nunca pensé que me volvería a enamorar, pero Yoongi es alguien especial, diferente ¡ah, si! Casi se me olvida... ustedes dos se parecen y mucho debo decir, en un principio pensé que él me gustaba porque se parecía a ti, pero ahora ya no estoy tan seguro, dime que no estoy haciendo mal Yoonji, dime que esta bien que me haya enamorado de él, solo necesito saber tu respuesta.
Jimin se quedó en el cementerio por un buen rato, mirando el nombre en aquella lápida, "Min Yoonji" aquella chica que lo cautivo desde la primera vez que la vio, tenía miedo de dejarla ir, miedo a que si se volvía a enamorar, la olvidaría y él no quería olvidarla. Aunque como ella misma se dijo, no tiene que cerrar las puertas de su corazón.
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— muy bien jóvenes, la clase termina aquí — cerró la laptop — ahora quiero que hablemos sobre el viaje de estudios que se realiza todos los años, todos los tutores estamos encargados sobre el lugar a donde iremos, este año sera a Francia
Todos los estudiantes literalmente saltaron de alegría, había esperado ese anuncio desde que inició el año escolar
— profesor el viaje solo será a Francia o habrá otros recorridos
— en la reunión de acordó que cada año iría a un lugar diferente, a ustedes los de tercer año les tocó Francia — miró su documento — ah, eso sí... esto no es un viaje de diversión, estamos yendo con la intensión de ganar más conocimientos, así que conmigo nada de juegos.
— si profesor — respondieron todos felices.
— pueden retirarse
Todos los estudiantes salieron del aula para dirigirse a su próxima clase. Yoongi estaba muy emocionado, siempre quiso viajar a Francia, estaria en París la ciudad del amor y ahora que se sentía enamorado, era el lugar perfecto.
Las horas pasaron y por fin las clases dieron su término, fue un día muy agotador. Fue hasta su casillero a guardar algunas cosas antes de irse a su casa, quería ver a Ryujin, se había encariñado mucho con ella.
Cuando terminó de guardar sus cosas, cerró su casillero, pero al darse la vuelta no pensó que se toparía con él.
— eres muy escurridizo Yoongi
— no te me acerques Taehyung — dijo un poco asustado
— sigues siendo igual de lindo, es más... puedo decir que cada año te ves mejor — le acarició la mejilla, pero Yoongi le apartó la mano con fuerza
— no quiero que me vuelvas a tocar
— me encanta cuando te pones así, te haces ver más deseable, aun recuerdo cuando...
Lo empujó haciendo que este caiga y él pueda salir corriendo, sus lágrimas nublaban sus ojos y los recuerdos de ese día volvían a su memoria. Entró al baño e ingresó a uno de los cubículos, sentado ya en el suelo se abrazó las rodillas escondiendo su rostro en ellas mientras lloraba.
— ¿Yoongi?¿Yoongi estás aquí? — escuchó sozollos en uno de los cubículos, al abrir lo encontró en aquella posición, se agacho para estar a su altura — gato
— Hobi — abrazó a su amigo y volvió a llorar — ¿por qué yo?, no lo quiero cerca de mi
— ese imbécil, le advertí que no se acercara a ti — dijo con una evidente molestia — ya gato, vamos a mi casa, ¿si? te quería presentar a alguien, pero creo que será en otra oportunidad
— ¿a ese tal Jungkook? — sonrió su nariz — pensé que solo era un acostón de una noche
— parece que lo cautivé, le diré que nos reuniremos otro día, ahora el importante eres tu gato
