02. Suerte Descarada.

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El Tratado De La Traición:

En penitencia por su levantamiento, cada Distrito  ofrecerá a un hombre y una mujer entre las edades de 12 y 18 en una "Cosecha" pública.

Estos tributos serán entregados a la custodia del Capitolio.

Y luego trasladados a una arena pública en dónde lucharán a muerte, hasta que quede un único vencedor.

De ahora en adelante, y para siempre, éste espectáculo será conocido cómo:

LOS JUEGOS DEL HAMBRE.
























































































Seneca Crane soltó una risita, negando casi avergonzado mientras Caesar Flickerman se mostraba ansioso, haciendo preguntas casi indebidas. Cosas que les gustaban a la gente del Capitolio.

─Éste será tu segundo año como Vigilante Jefe de los Juegos del Hambre, ¿Cómo te sientes?─. El hombre de barba color negro con figuras extravagantes sonrío de lado, casi retador.

─Creo que bien, considero que he hecho un buen trabajo─. Los gritos y aplausos no tardaron en aparecer, haciendo reír una vez más al hombre de cabellos naranjas, el presentador.

─¡Pues parece que sí!─. Admitió él. ─Dime, Seneca, ¿Crees que ya tienes una marca especial? ¿Qué obtuvimos en los Juegos pasados que tendremos una vez más en estos?─. El Jefe se mantuvo en silencio unos segundos, reflexionando la pregunta y pensando en una buena respuesta.

─Los Juegos psicológicos─. Dijo al instante, sorprendiendo un poco al presentador. ─Por supuesto, los Tributos deben tener cierta inteligencia para poder ganar los juegos. Pero a mí me gusta involucrar aún más éste ámbito, me gusta jugar con la mente y no solo con habilidades físicas─.


















































ROSE 🌷



























Vacío con cuidado el agua caliente que su hermano había preparado para ella en uno de los baldes que aquel día utilizarían para ducharse, cosa que era casi un privilegio considerando que no habían muchos recursos para algo que consideraban tan normal en lugares como el Capitolio. Primero mojó su cabello cortado en capas, luego comenzó a tallar cualquier suciedad de su cuerpo pálido y delgado por la poca nutrición a la que los Distritos estaban acostumbrados.

Los Juegos del Hambre. No podía ni siquiera mencionar aquello en voz alta, no podía pensar en La Cosecha o en aquella pecera grande en la que su nombre estaría. Tenía la probabilidad de ser la Tributo de su Distrito, y honestamente eso solo significaría una cosa; muerte.

Rose.| Los Juegos Del Hambre. | Finnick Odair. Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang