09. Declaración De Guerra.

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Rose estaba intimidada. No, intimidada era lo mínimo si se comparaba con lo horrible que se sentía en ese momento, cara a cara con cada Tributo de los 12 Distritos. Casi podía adivinar todo de ellos con solo verlos.

El Distrito 1 y 2 eran casi lo mismo, de cabellos rubios y ojos claros, les llamaban profesionales, Rose no sabía mucho la razón, pero tenía una idea por lo confiados que lucían. Generalmente ellos ganaba los Juegos.

El Distrito 3 era representado por dos pelinegros de ojos oscuros, la chica que lucía más mayor que el muchacho no dejaba de ver a Rose con una especie de... tal vez curiosidad.

En el Distrito 5 se encontraban dos castaños que se parecían bastante. La muchacha por un momento dudó... creyendo que veía doble, la única diferencia era su género.

Los Distritos 6, 7 y 8 eran los tres chicos de cabello oscuro y las tres chias rubias, con ojos castaños. No tenían mucho en especial, solo el mismo miedo que la mayoría.

El 10 estaba formado por dos muchachos mayores pelirrojos, la muchacha se mantenía pensativa, cruzada de brazos.

El 11 llevaba a dos jóvenes de tez oscura y cabello afro bastante sorprendente para Rose, quien se sentía especialmente intimidada por el muchacho, quien no parecía congeniar muy bien con su compañera.

Por último, el Distrito 12, que era bastante pobre y depresivo -se rumoraba que pronto sería como el Distrito 13, casi inexistente- era representado por dos rubios aterrados.

El campo de entrenamiento era bastante grande, eran observados por patrocinadores, gente importante y el Vigilante Jefe, todos atentos, esperando algún espectáculo de los distritos.

El entrenador, un hombre que no parecía ni un poco majo y se mantenía recto, dió unos pasos al frente de los jóvenes de mayormente 17 y 18 años, a punto de dar una charla de introducción.

─Tributos, sean bienvenidos a los entrenamientos previos a los Juegos del Hambre. Antes de todo, quiero pedirles por favor que eviten pelear entre ustedes, les aseguro que tendrán mucho tiempo más adelante. Serán 4 entrenamientos obligatorios, los demás pueden seleccionarlos ustedes dependiendo de en qué se bastan sus habilidades─. Lucía musculoso, nada extravagante, más bien todo lo contrario. ─En dos semanas todos caerán, a excepción de uno. ¿Quieren un consejo? Presten atención a lo que se les enseñará estos cuatro días, porque parece bastante fácil asesinar a alguien, pero lamento decirles que la mayoría moría por causas naturales, el 10% por infecciones o enfermedades y el 20% por deshidratación─.

Rose sintió escalofríos, pero se limitó a apretar los labios mientras la "clase" comenzaba.

Primero comenzó algo bastante fácil para ella, en una pantalla debía encontrar todos los pares -al rededor de unos 100 o 200- en menos de 8 minutos. Primero fue la chica de 1, le siguió la del 2, luego la pelinegra del 4, para continuar con ella.

El instructor a penas le dió una mirada cuando inicio un cronómetro, y fue suficiente señal para ella, que comenzó a buscar en la pantalla y presionar los pares de hojas, árboles, nubes, círculos, triángulos, cuadrados, rectángulos y demás figuras. Estuvo bastante orgullosa de sí misma cuando logró terminar antes de que sonase la alarma.

El hombre ni siquiera le dió otra ojeada antes de hacerle una seña para que dejara al siguiente participar.

Sus dedos dolieron un poco, pero se mantuvo fuerte, pasando al siguiente ejercicio.

Ese sí que le preocupó bastante.

Aros colgaban del techo, separados por ciertas medidas, siendo un largo camino que la chica del Distrito 7 no logró pasar a la primera, siendo diana de burlas por parte de los profesionales.

Rose.| Los Juegos Del Hambre. | Finnick Odair. Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz