Capítulo 11

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Nada más entrar por la puerta del complejo de danza, la recepcionista y tres bailarinas me saludan. Se acuerdan de mí.
- Wow, Nelis, aquí te conocen todos, ¿no? - pregunta JJ - Es que te miran con ojos de envidia.
- Ya, bueno, se podría decir que aquí soy muy buena y eso es razón de envidia para mis compañeros.
Se me queda mirando con cara desconcertada, pero decidí que se lo explicaría después, hice un gesto para que me siguieran y me dirigí hacia la sala 4, donde yo solía bailar. Entro sin hacer mucho ruido, están practicando una coreografía nueva y no quiero que las chicas se desconcentren. Miro a cada una de ellas, recuerdo todos sus fallos y sus habilidades, y mis ojos se posan en seguida en la persona que canta. Es Tania, la amiga que nos va a ayudar con el caso y, en verdad, no me ha sorprendido nada que ahora sea cantante. Seguro que han ganado muchas medallas con ella al mando, se lo merece mucho más que la insoportable de Angelica, con ella no ganabamos nada y todo porque lo único que hacia era crear coreografías con excesivos movimientos de culo. Recuerdo el día que intentaron hacerme a mí la nueva cantante, ella se puso hecha una fiera, fue muy divertido verla tan enojada.
Las últimas notas resuenan por la sala y las chicas se quedan quietas, formando la pose final. La sala se queda unos segundos en silencio, solo se escuchan sus agitadas respiraciones, hasta que comienzo a aplaudir. Todas me imitan y Tania, en cuanto se da cuenta de que estoy presente en la sala, pega un grito y corre a mi encuentro. La abrazo con fuerza, intentando mantener el equilibrio y me rio. Estoy muy feliz de volver a estar con ella, me alegro mucho por sus logros y, en verdad, la echaba de menos.
-¡Nel! ¡No me dijiste que estabas por la zona! ¿Qué tal te va? ¿Qué tal la peque? - en la última pregunta miro con nerviosismo a mis compañeros, espero que no le den mucha importancia.
- Estoy bien, todo está bien. Venía a pedirte ayuda.
- ¡Siempre igual! - dice Mario, el coreografo y entrenador - Vienes aquí por interés propio. Interesada - esto último lo dice en español, su lengua materna.
- Venga, Mario si en el fondo sabes que te quiero - le contesto en el mismo idioma, abrazandole con cariño.
- ¿Qué quieres? - pregunta directamente Tania - si has venido aquí, tendrás prisa por que vaya contigo, ¿o me equivoco?
- No seas así - me hago la ofendida, posando mi mano sobre mi pecho - Necesito que nos infiltremos en un club nocturno para captar unos tipos malos.
Se lo suelto del tirón. Al principio me mira con una cara de repugnancia total, pero sus facciones se relajan y asiente decidida. Gira sobre sus talones y camina en dirección a los vestuarios. Yo me vuelvo hacia mis compañeros, les hago un gesto y caminamos hacia la entrada.
- ¿Quién es la peque? - pregunta JJ.
- Nadie, una perrita que adopté. La entrené y luego la escuela de policía se la quedó - respondo tranquila, sin levantar sospecha alguna.
Por lo general, no me gusta que la gente sepa sobre mi vida privada, pero este trabajo me está matando. Todos saben demasiado sobre mí, se inetnan acercar y no puedo evitar pensar en que, a pesar de lo que Penelope me dijo, tengo que mantenerlos lejos. Para que no me vuelvan a hacer daño. La palmadita que me da Tania hace que salga de mis enmarañados pensamientos, salimos del complejo y volvemos a la oficina de policía. Reid y Rosie se han ido con parte de los componentes del otro grupo a tantear el terreno.
- Morgan y Prentiss, id a la casa de la víctima número cuatro. La familia nos ha llamado diciendo que puede que tengan algo de información. - ordena Hotch.
Ellos se marchan, yo presento a Tania frente al grupo y nos ponemos manos a la obra.
- Vais a estar seguras - comenta el jefe de la otra unidad - tendremos a dos de los nuestro dentro del club, a otros tres fuera y a los de audiovisual. No estais solas.
- Conozco a Jeff desde hace bastante, así que esperaros cualquier tipo de prueba - avisa Tania.
- ¿Prueba?
- Sí, JJ - contesto - Jeff pone a las bailarinas pruebas para que demuestren su lealtad - hago unas comillas con las manos - es una forma de saber si les espían. Hay que estar preparados para cualquier cosa.
- Bueno, vamos llendo hacia el lugar, os van a tener que poner micros, y no se tarda precisamente poco.
Dicho esto, Hotch nos hace un gesto para que le sigamos, salimos de la comisaría y nos metemos en un camión de una empresa inexistente. Ponen rumbo hacia la dirección que nos envió Penélope y siento el revoloteo de mi estomago. Esto empieza pronto y estoy más que preparada.

Al borde del abismo(spencer reid) Onde histórias criam vida. Descubra agora