Capítulo 15

12 0 0
                                    

- ¡Mierda!
Se escuchan varios pasos hacia la planta alta, no tienen escapatoria.
- Id a por esos cabrones - les digo - ¡Vamos jodeeerrr!
Me muerdo la lengua para no gritar del dolor y mis compañeros salen corriendo hacia los oponentes mientras escucho por el pasillo como llaman a alguien.
- ¡Hotch, envía refuerzos y una ambulancia a nuestra dirección, agente herido! - la voz de Rivers se entrecorta entre los disparos.
Abro los ojos al ver a un hombre frente a mí, con 1,80 m de altura y una musculatura de infarto. Mira mi arma, no tarda ni dos segundos en lanzare hacia ella, pero soy más rápida y le disparo en la entrepierna. Cae pesadamente sobre mí, ruedo sobre su cuerpo para quedar encima pero una de sus manos impactan en mi hombro, tirándome hacia atrás y haciendo que mi arma vuele unos pocos metros de donde caigo. Increiblemente el hombre se levanta para dirijirse a mi pistola, pero en el camino se topa con un obstáculo: me enredo en su pierna y hago toda la fuerza que puedo para que no se mueva. Él agarra mi camiseta por la espalda y me zarandea para intentar librarse de mí, pero solo consige darme acceso a su cuello para enrredar mis prazos y dar un fuerte tirón. Este gesto le desequilibra, lo que aprovecho para arrastrarme a gatas hacia mi pistola. Pero el hombre, con una fuerza descomunal me lanza hacia una de las paredes, el aire se me corta repentinamente. Abro los ojos tras recuperarme rapidamente del golpe, pero este ser inhumano se acerca hacia mí con una mirada que no me gusta nada. Apunta mi arma hacía mi pecho y una sonrisa burlona aparece en su rostro.
- Adiós, zorr...
Un disparo resuena en la sala y me giro hacia la puerta. Reid se acerca rápidamente a mi costado, me ayuda a incorporarme para poder examinarme. Veo a varios agentes pasar frente a la puerta y, entre tanto barullo, JJ se asoma y me mira horrorizada.
- Última vez que te dejo sola, Walsh.
- No tenías opción, doctor. O ibas tú, o iba yo.
Nos miramos intensamente, olvidando todo lo que acaba de ocurrir.
- Basta de jueguecitos, necesita que la vean.
JJ me separa de él, a duras penas acabo de llegar a la puerta del comedor cuando aparece Clarck exaltado. Al ver que sigo viva, su expresión se torna más aliviada y decide llevamre él a la ambulancia.
- No necesito una puta ambulancia y mucho menos tu puta compañía.
- Nel, estás sangrando a chorros.
- No me llames Nel, cabron.
- Se me había olvidado lo malhablada que eres - me sienta en la camilla que hay en el pequeño jardín delantero - si prefieres que te acompañe tu amiguito...
- Lo prefiere.
Su voz me sobresalta, sale de detrás de Clarck con una mirada seria y lo aparta hacia un lado.
- Ya lo has oído, apartate de ella. - Morgan se sitúa en mi costado libre, lo cuál me molesta. No necesito que me protejan, mucho menos que sean estos dos.
Los operarios de urgencias me dan unas pequeñas indicaciones de como presionarme la pierna, aunque estoy ocupada observando como Spencer le planta cara a Clack. Es bastante gracioso ver su delgado cuerpo al lado de una persona tan grande como Clarck. Reid solo cede cuando mi camilla comienza a moverse y me sigue hasta entrar conmigo en la ambulancia.
- Tienes suerte de que haya sido en el muslo interno, hay más grasa y duele menos - comenta uno de los operarios.
- Aunque tendrás que reposarlo durante unas semanas, o sea que nada de peleas ni acciones que lo estiren - una mujer mediana de cabello castaño me está palpando las costillas mientras que me da el veredicto - Y, se que suele costarnos más a las mujeres, pero tendrás que contenerte en la cama. Tómatelo como un consejo personal, dolerá más de lo que crees.
La repentina fluided del tema hace que Spencer se ponga rígido y sonrojado. La mujer sigue advirtiendome acerca del riesgo por el que puedo pasar si se me ocurre hacer algo y, ya que está, recomendadome algunos truquitos para aliviar el dolor. No puedo evitar reirme cuando veo como Spencer se empieza a rascar nervioso la nuca mientras que mira hacia todos lados menos a mí.
- Doctor, ¿está usted bien? Le noto ligeramente alterado - se lo digo con claro tono de burla - Aunque, claro está, no creo que debas molestarte ya que, seguramente, sea usted muy experto en ese ámbito.
La ambulancia para y los operarios me bajan para llevarme dentro del hospital. Spencer me mira fijamente mientras ellos me estacionan en una sala que seguramente sea para primeros auxilios.
- Puedes comprobar si se me da tan bien cuando te recuperes, claro.
Se marcha para contestar una llamada, dejandome con los operarios y una sensación muy extraña en el pecho. No se lo que significará esa opresión en mi pecho pero, lo que sí se, es que ese simple comentario me ha encendido por completo.

Al borde del abismo(spencer reid) Where stories live. Discover now