El bosque de los demonios | Pilares, Lunas superiores

🗡07🗡

Comenzaste a sentir miedo, mucho miedo, por alguna razón esto te estaba dando mala espina, ¿porque se sorprendía así solo por encontrar una mujer? ¿Que no había más en este lugar?

— Y al parecer, eres bastante linda...si que me saque la lotería contigo.... — Dijo mientras su dedo bajaba por tu torso.

Su dedo estaba bastante frío algo que provocó que tu cuerpo se retorciera levemente ante su tacto.

No sabias como reaccionar, leves lágrimas salían de tus débiles ojos, tenias la mirada completamente perdida a la luna, ya había anochecido.

— Di algo...me gustaría escuchar esa voz que estoy seguro que no me decepcionará... — Te dijo acariciando de manera lujuriosa tu mejilla, mientras tanto tu seguías mirando al suelo con tu mirada perdida. — Vamos....¿te mordió la lengua el gato? —

Se acercó más a ti y sus manos bajaron por tu espalda hasta llegar a tu trasero, donde lo apretó levemente; entonces ahí entraste en razón, estabas en problemas, tenias que huir de ahí.

Con enojo y miedo mezclados, le diste una patada en su torso haciéndolo retroceder, te diste la vuelta y comenzaste a correr.

Oh, que mal...te habías olvidado que estabas arriba de un árbol, ¿ahora que harías? Que tonta que eras.

— Mierda...! — Miraste atrás tuyo y viste al demonio molesto, un aura amenazante lo rodeaba y sus ojos ahora eran de un color completamente negro.

Se acercaba con pasos lentos e intimidantes a ti mientras su Serpiente, que más bien era más grande que una anaconda iba a su lado con más velocidad.

— Atrapala. — El demonio chasqueo sus dedos, y sin esperar un segundo su Serpiente rápidamente se arrastro con más velocidad hacia ti.

Sentiste tu corazón latir más rápido y el ambiente tenso, no dejarías que te atraparan, así que, miraste al suelo, la altura en la que estabas si irá mucha, pero eso no te importaba, te daba igual si morías, al menos te librarias de esa situación, ¿estabas loca? Si.

Sin esperar más, te lanzaste de la rama, Iguro al verte abrió sus ojos sorprendido, chasqueo nuevamente los dedos, y con una velocidad más rápida, Kaburamaru se deslizó por el árbol para alcanzarte.

Tu mientras tanto pegabas tremendo grito mientras caías, en la caída te golpeabas con algunas ramas que te aturdieron y tu vista se puso borrosa y tu cuerpo débil debido a los fuertes que fueron esos golpes.

Al ver que ya casi llegabas al suelo, cerraste tus ojos, simplemente no querías ver que tan cerca de la muerte.

Pero, de repente, toda esa brisa que sentías chocar con tu ser se detuvo y no sentiste el suelo, al contrario, sentiste otra vez esa piel de serpiente en tu torso, abriste los ojos, miraste abajo tuyo y viste que la serpiente te había alcanzado de atrapar, te había agarrado de la cintura, te empezó a subir hacia la rama de nuevo.

Entraste en desesperación y trataste de ahuyentarla y golpearla pero te fue imposible, era demasiado grande y gruesa, no podías creerlo, no querías imaginar lo que te pasaría si te devolvía con aquel demonio, no, no querías.

— ¡Sueltame! ¡Sueltame, maldita serpiente asquerosa! — Comenzaste a patalear al aire mientras esta te seguía subiendo más y más....

Con cada segundo que pasaba entrabas más en desesperación y más fuerza usabas, incluso gritabas por ayuda sabiendo que no había nadie para ayudarte.

Finalmente, sentiste que la serpiente te soltó y te empujó hacia la rama, chocaste contra esta lastimandote la mejilla y raspando tu cuerpo llenándolo de tierra.

No alcanzaste a gritar cuando Iguro te agarro del cabello con fuerza y te levanto del suelo haciendo que sueltes un grito de dolor.

— ¿Sabes lo que pasa cuando alguien me golpea o me desobedece? — Te pregunto acercandose a ti, se veía que estaba molesto....

Tu entrecerraste tus ojos con dolor, ni podías hablar debido al dolor que sentías, tus lágrimas no tardaron en salir.

Tanta fue tu sorpresa, cuando sentiste sus labios estampar contra los tuyos, trataste de alejarlo pero cuando estabas a punto de apartarlo otras partes de la serpiente te agarraron tus extremidades, tus brazos estaban separados y tus piernas también, además que te levanto haciendo que tus piernas no toquen el suelo.

Se separo de ti y se relamio los labios, ahora estaba a la altura de tus pechos debido a que como lo mencione anteriormente, Kaburamaru te tenía elevada.

— Tienes unos labios tan suaves y finos....sigo sin creer que tengo a una mujer frente a mi. — Este dijo, extendió una de sus manos hasta tu pecho cubierto por vendas y lo apretó.

Ante esto soltaste un leve quejido y jadeo de dolor, una de tus debilidades era que tus pechos eran muy sensibles y eso hizo que te dolieran bastante.

Iguro al notar esto sonrió divertido mostrando sus dientes afilados y grandes, antes de con sus manos rasgar por el medio de tus pechos la venda con su afilada uña haciendo que esta se rompa y caiga al suelo liberando tus pechos, ante esto trataste de soltarte moviéndote pero aquella serpiente te seguía sosteniendo con fuerza.

— ¡Nghh, oye no, sueltame, por favor! — Le rogaste con tu cuerpo retorciendose.

El demonio no te hizo caso, agarro uno de tus pechos, lo apretó con fuerza provocandote un grito de dolor.

— Vaya que tus pechos si son exageradamente sensibles, ¿no? — Iguro soltó antes de abrir su boca, y con sus grandes y afilados colmillos se acercó bruscamente a uno de tus pechos.

Antes de que le rogaras que no lo hiciera este clavo sus colmillos cerca de tu pezon, soltaste un grito desgarrador de dolor con tu espalda inclinada hacia atrás, tus ojos rápidamente lloraron y tu cuerpo se retorcio, sentiste la sangre de tu pecho chorrear y caer en la boca del pelinegro quien disfruto plácidamente tu grito y reacción.

Saco un poco sus colmillos antes de volverlos a clavar más profundo, tu soltaste otro grito y con más razón utilizaste más fuerza pero te era imposible, estabas muy desesperada solo querías irte.

— ¿Sabes...? Tu y yo nos divertiremos bastante...~ — Te dijo antes de darte otro beso apasionado..