Entras a un trabajo en una librería, pero, apenas en el primer día ves un libro algo extraño, pues no tiene autor, este se titula "el bosque de los demonios" no le tomas mucha importancia hasta que te comienzan a pasar cosas extrañas, y, de un día a...
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22: El lobo
Te quedaste completamente helada del miedo al voltear detrás de ti y ver a aquel dragón acercándose, con cada paso que este daba un leve temblor en el suelo se hacía presente.
Queriendo huir de ahí trataste de correr pero su otra ala la puso frente a ti, ya estabas acorralada por el, de la desesperación negaste con tu cabeza comenzando a soltar lágrimas, hasta que, sentiste como el dragón se detuvo.
Volteaste detrás tuyo, el gran animal estaba demasiado cerca de ti, o más bien su nariz, quien te olfateó haciendo que te sientas más asustada.
Aquel animal mítico se alejó y te miró por más segundos, tú no sabías qué hacer solo rogabas por dentro que pudieras salir viva de ahí.
Entonces, de repente, la cola alargada y gruesa del dragón te tomo de la cintura haciéndote soltar un leve grito y más cuando te puso en su lomo, por instinto te aferraste a su piel para no caer, pero cuando te quisiste bajar este se elevó entre los aires empezando a volar.
Rápidamente comenzaste a soltar gritos llenos de miedo, cerraste tus ojos pues le tenias fobia a las alturas, podías sentir el viento estamparse bruscamente contra ti, era insoportable, por unos segundos sentiste que te caerías.
– ¡BAJAME, BAJAME! – Gritabas con más desesperación, todo esto aún manteniendo los ojos cerrados con fuerza.
Pero este parecía no escucharte o ignorarte más bien, seguía volando, llegó un punto en que pensaste tirarte tu misma y así quizás moririas, era la mejor opción considerando el momento en el que estabas.
Después de unos minutos, el animal mítico aterrizó en el suelo de forma brusca, no pudiste reaccionar cuando este te bajo y con su cola te empujo con fuerza hacia lo que parecía ser el interior de una cueva, chocaste con una gran roca, lastimando tu cuerpo en el proceso.
Caíste al suelo adolorida, viste aún lado tuyo encontrándote con el animal quien estaba caminando hacia ti, rápidamente te comenzaste a arrastrarte intentando escapar aunque todo tu cuerpo estuviera más que adolorido.
– ¿A donde vas? Ni siquiera ha pasado un minuto y ya te quieres ir, es muy descortés de tu parte. – Escuchaste una voz masculina y algo gruesa.
Ante eso te sobresaltaste, rápidamente pensaste en la idea de que él era otro demonio, sentiste tu corazón latir más rápido del miedo ante esa idea y con más razón intentaste arrastrarte.
Lamentablemente para ti, él era más rápido que tú por obvias razones, así que no se le dificulto alcanzarte, y cuando lo hizo te tomo de la pierna y te jaló de nuevo hacia el poniéndote boca arriba.
