Entras a un trabajo en una librería, pero, apenas en el primer día ves un libro algo extraño, pues no tiene autor, este se titula "el bosque de los demonios" no le tomas mucha importancia hasta que te comienzan a pasar cosas extrañas, y, de un día a...
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21: Ataque de fuego
— ¡Ahí esta, ahí esta la mujer! — De repente, escucharon varios gritos...
Al escucharlos, miraste detrás tuyo mientras sentías todo tu cuerpo comenzando a temblar, te encontraste con muchos, demasiados hombres con espadas, sogas, entre otras cosas.
Al ver todo esto, el miedo empezó a gobernarte de manera extrema, no esperaste otro segundo cuando te levantaste.
— ¡Vamonos! — Agarraste las manitas de los pequeños quienes se veían aterrados ante aquel escenario.
— Hikori, ¿¡Que esta pasando?! — Hanok pregunto.
— ¡Solo corran! — Les pediste, comenzando a correr como podías.
Dan, al ver que huias se quedó confundido.
— ¡Señorita Deidad! — Grito preocupado, se levanto comenzando a correr hacia ti.
Desafortunadamente, antes de dar un paso, este fue derribado al suelo por uno de los hombres, quien lo inmovilizo poniendo su codo en su cabeza, el menor se quejo de dolor.
— ¡S-Sueltame! — Le grito, tratando de irse. — ¡Señorita Deidad! ¡Por favor ayúdeme, tiene que ayudarme! —
Te pidió, tu lo escuchabas pero no podías, solo podías escuchar sus gritos pidiendo tu ayuda pero tu solo estabas concentrada escapando de ahí con los pequeños de manera desesperada.
— ¡Callate mocoso! — El mayor le grito a Dan, para después tomarlo del brazo y jalarlo lejos de ahí mientras el nombrado aún seguía gritandote.
Podías escuchar los pasos de los hombres persiguiendotes, eran muchos, en un punto te comenzabas a cansar, pero de la desesperación y el miedo que tenias aún seguías corriendo mientras lagrimas resbalaban por tus mejillas.
De repente, una red te atrapo tirandote al suelo, soltaste un leve grito de dolor al sentir tus rodillas y cuerpo lastimarse, trataste de quitarte la red con desesperación y los pequeños trataban de ayudarte asustados.
— ¡Ahí esta, cayó en la red! — Grito uno de los hombres.
— ¡Hikori! — Gritaban los pequeños asustados.
Te quedaste callada, en tu mente solo pensabas que estabas poniendo en peligro a los pequeños... Así que, con más fuerza tratabas de quitarte la red, pero esta estaba demasiado pesada al punto que te mantenía tirada en el suelo.
Lo único que escuchabas eran los gritos de victoria de los hombres y asustados de los hermanos Kamado, y tu, también empezaste a desesperarte.
Entonces, 4 hombres se acercaron a los hermanos y los agarraron, estos Gritaron tratando de soltarse pero los mayores los golpearon dejándolos inconscientes.
