Segunda salida

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Miles y Katherine lograron llegar a la base subterránea apenas 20 minutos antes que sus padres.

Ese tiempo había sido suficiente para tirar los empaques de las mochilas, guardar las mochilas, y bañarse. Bueno, al menos Miles estaba saliendo de la regadera cuando escucho a su padre llegar. En cuanto a Katherine, ella aún continuaba enjuagandose en la regadera de su cuarto.

-Hola papá, ¿cómo estuvo la reunión?-le pregunto Miles a su padre intentando sonar casual

-Tengo grandes noticias hijo: los nuestros han despegado ya de la Tierra. En seis años llegarán a Pandora-

-¿De veras? Eso es genial. Entonces, cuando tenga 16 finalmente iré a misiones como tú. Ayudaré a mi especie a establecernos aquí...tendremos....tendremos un hogar-

-Claro que si hijo mío, llegarán más chicos de tu edad, podrán enseñarte más cosas sobre nuestras costumbres-

-Será maravilloso-

Miles quería convivir con más gente de su edad, pero por sobretodo quería ser un héroe como su padre y los amigos de su padre. Quería ayudar a la humanidad.

Después de aquel día en el que su padre se fue a aquella reunión donde se aviso de la partida de los humanos de la Tierra, el coronel tenía que reunirse con el grupo de ingenieros y arquitectos para las construcciones y/o reaperturas de las bases militares. Igualmente tenía que supervisar la fabricación de armas, municiones y, como última tarea, reportar los avances de los nuevos reclutas.

Todas estas tareas le consumían bastante tiempo, por lo que tenía que pasar algunos días a la semana fuera de la base subterránea. Mismo caso con z-dog, Natalie y Lyle.

Los cuatro adultos decidieron dividirse el trabajo: Quaritch y Lyle trabajarían Lunes y Martes, z-dog y Natalie los miércoles y jueves. Además el último viernes de cada mes irían los 4 a elaborar los reportes de los avances.

Todo eso le daba mucho tiempo a Miles para poder fugarse y ver a Kiri. Mejor aún, justo el siguiente lunes se cumpliría una semana de su escapada, es justo el día que quedó de verse con Kiri.

El lunes al medio día, después de entrenar con su amiga y sus madres, fingió sentirse mal para ya no entrenar en la tarde. Rápidamente se baño y logro escabullirse. Sus habilidades de sigilo eran grandiosas.

Cuando Miles llegó a la cascada Kiri ya lo estaba esperando.

-Hola niño mono- lo saludo Kiri con una sonrisa

-Hola chica azul ¿cómo has estado? ¿no te han vuelto a molestar-

-No, papá y mamá hablaron con los padres de esas niñas. No mi molestarán más-

-Me alegra ¿quieres nadar un rato?

-Claro, solo que está vez no vayas a emocionarte tanto jsjsjs-

-Jajaja, que graciosita....el que logré llegar primero rio abajo gana-le dijo Miles.

-Oye no se vale si tú empezaste a correr desde que empezaste la oración-

-Tu tienes piernas más largas, eso lo compensa-le dijo Miles mientras empezaba a bajar por las rocas que habían de lado de la cascada.

Al final, la carrera la ganó Kiri.

-Eso te pasa por tramposo-le dijo la niña mientras le sacaba la lengua a modo de juego-

Miles solo se rió y después la invitó a jugar en el agua.

Después de un rato de jugar en el agua, a Kiri se le ocurrió bucear un rato, Miles aceptó.

La hija de mis enemigosWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu