La bodega

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ADVERTENCIA ⚠️⚠️⚠️: Mención de uso de drogas y alcoholismo.

Esa noche Miles no pudo dormir muy bien, llegando a llorar incluso. Cualquiera de las dos opciones lo hacía sentir una basura: no quería traicionar a nadie....sería tan fácil si tan solo se hubiera llegado a un acuerdo en el pasado.

-Ya le dije a los Omaticaya que los ayudaría....la verdad es que ellos tienen razón, este es su mundo. Pero...papá....soy la única familia que tiene- dijo Miles sollozando

-¿Y si hablo con Kiri? Tal vez me entienda...o...¿quizá pueda hacer que papá ame este mundo-

El chico continuo llorando hasta que al fin logró quedarse dormido.

Al día siguiente, después del entrenamiento, Miles entro a una pequeña bodega para poder hablar con Kiri a través del comunicador:

-Kiri...¿estás ahí?-

-Hola niño mono-

-Necesito.... necesito hablar contigo- dijo Spider en un tono muy triste

-Miles, ¿qué tienes? Cuéntame-

-Yo....yo quiero ayudar a tu gente de verdad....pero no puedo evitar sentirme una mierda. Mi papá...lo estoy traicionando...yo, su hijo, la única familia que tiene-

-Miles...no lo había pensado. Oye...si...si ya no puedes pasarnos información lo entenderé-

-Quiero ayudarlos. Pero no quiero arruinar la relación con mi papá. No se me ocurre nada-

-Bueno...mi papá, solía no tener mucho respeto por la naturaleza, no la entendía. Pero cuando se dió el tiempo de conocerla, la amo y la protegió. Quizá tu papá necesite esa oportunidad-

-Tal vez si, solo que no se cómo haría para-

Miles no pudo terminar su oración porque se quedó en shock al descubrir que el señor Santiago estaba ahí

-Spider, ¿qué pasa?- pregunto Kiri

-Hablamos después Kiri- dijo Miles para luego apagar el aparato.

Miles veía al hombre mayor sin saber que inventar:

-Señor, solo busco ayudar a la RDA haciéndome pasar-

-Detente chico. Escuché todo, además, te vi besando a una na'vi-

Miles agrando sus ojos y abrió la boca. En su cabeza se formulaba las siguientes preguntas: ¿cómo es que lo vio? ¿le diría a los demás? ¿por qué no lo había hecho?

-Cierra esa boca niño. Cálmate, no le pienso decir nada a nadie de tu pequeño amorío-

-Pero...¿por qué no?-

-Ni mi Amybeth ni yo tenemos algo que perder a estas alturas-

Miles miro al hombre con una mirada algo confusa, pues no entendía que quería decir.

-Bueno, no te quedes ahí niño. Mejor regresa con los otros chicos. Y ten más cuidado, tuviste suerte de que fuera yo el que te escuchara-

-Si...oiga señor....¿acaso usted no debería estar descansando? Trabaja de noche, es mejor que aproveche el día para dormir- dijo Miles con un tono de preocupación

-Ya dormí un rato. Ahora tengo algo importante que hacer-

-Parker...¿ese insensible lo está haciendo trabajar demás?-

-Nada de eso. Es algo para mí esposa-

-Oh...¿un regalo? ¿necesita ayuda con algo-

-¿Ves esa ventana? Al otro lado hay una plata, sus hojas son grandes y tienen pequeñas flores blancas. Tráeme todas las hojas que puedas-

La hija de mis enemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora