El video

152 7 1
                                    

Poawa estaba impactado, creía que el único grupo de humanos eran los que se habían unido a los Omaticaya.

-¿Hay otros?...eso significa...que nunca se fueron, esos demonios han estado aquí todo este tiempo. Tenemos que informarle de esto al Olo'eyktan-

-Yo se lo diré, mañana tendremos una reunión, pero antes mi madre tiene que atenderte a ti y a las niñas- dijo Neytiri

Poawa había juntado un grupo para buscar a su esposa y a sus hijas, Jake se había ofrecido a ir, pero Neytiri le pidió que se quedara, si había alguna emergencia el Olo'eyktan debía estar ahí para su gente. Ella ya sospechaba que se trataba de algo más grave. Si había algún ataque al pueblo Jake tenía que estar en la aldea, por eso ella fue en su lugar.

-Si, tengo mucho que contarles, pero ahora solo quiero dormir en mi Mauri, mis hijas y yo no podemos más-

-Esta bien Äìmyät, descansen, lo necesitan-

Poawa llamo a su ikran, sus hijas y el viajaron juntos. Cómo un solo ikran no podría con los cuatro, Neytiri se llevó a Äìmyät con ella.

Mientras volaban, Poawa intentaba calmar a sus hijas, las dos aún temblaban y soltaban lágrimas.

-Mis niñas, ya están a salvó, la pesadilla termino. Estoy aquí-

Las niñas solo pudieron abrazar a su padre.

Cuando la familia llegó al Mauri a las mujeres les rugía el estómago, no habían comido nada en más de un día. Afortunadamente habían semillas, frutos y carne lista. Las tres comieron.

El hombre, al verlas mejor, sintió una frustración muy grande, tenían heridas visibles, moretones y una tela blanca...le parece haberla visto antes. Los humanos la usaban para curar heridas...un momento...¿por qué esos demonios se molestarían en atender sus heridas?. Además, también traían prendas que parecían ser de las personas del cielo.

Poawa tenía mucho que preguntar, pero no quería abrumarlas. Cuando terminaron de comer, la familia fue a dormir, el hombre abrazo fuertemente a su mujer y a sus hijas, ellas le correspondieron, sus corazones al fin sentían paz.

Mientras tanto, en el Mauri de los Sully, Neytiri hablaba con Jake:

-¿Qué pasó? ¿Las encontraron?-

-Si, pero descubrimos algo terrible. La gente del cielo no se fue, ellos las secuestraron-

Jake sintió que le aventaron un balde de agua helada.

-Pero...tu, yo y los demás guerreros los vimos irse, se fueron en esa nave-

-Algunos de ellos debieron quedarse, Norm, Max y los demás jamás se atreverían a cometer esta atrocidad. Fueron otros, estoy segura- contesto Neytiri

-....ok, mañana, después de que Mo'at las atienda, tendré que hablar con Aìmyät, es la única que puede darnos información-

Al día siguiente, después de desayunar, Poawa llevo a su esposa e hijas con Mo'at, la Tsa'hik de los Omaticaya.

La mujer las recibió y le pidió al hombre que por favor esperara afuera.

Las tres se quitaron la ropa que los niños les habían dado, estaban tan cansadas que ni se habían molestado en quitárselas, cuando Aìmyät se quitó el suéter que Spider le había dado se escuchó un ruido: del suéter de ese chico salió un pequeño artefacto...nadie tenía idea de que era esa cosa.

-Le daré esto a Jake, ustedes sienténse por favor-

Mo'at salió de su tienda para buscar a Jake, quien ya estaba juntando a los guerreros para la reunión.

La hija de mis enemigosWhere stories live. Discover now