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Comencé a recibir muchas notificaciones. Tomé mi teléfono, y en ese instante, recibí una llamada de un número desconocido.

—Disculpen, necesito atender. —Nick e Imogen asintieron. El primero se movió hacia un lado para que yo pueda pasar. —Nick, siéntate con Imogen si quieres, vuelvo en un rato.

  Por la última vista que clavé sobre el chico, pude reconocer cómo me miró y asintió, pero no lo hizo con una sonrisa, como los tres estábamos hace unos instantes. Su mirada era de preocupación, pero no tuve tiempo de darle importancia. Tenía que responder la llamada del dichoso número desconocido, que bien podría ser Camille desde su teléfono de oficina en la casa, el cuál sigo sin agregarlo a mi lista de contactos.

—¿Hola? —pregunté al atender.

Anabelle, soy Tara Jones. Elle dice que la veas en el salón de arte de Truham. —por las caras que me enviaron mis amigos, quienes estaban atentos a mis actos, supe que reaccioné con mucha confusión a lo que Tara decía. 

—No sé dónde queda. Jamás estuve aquí. —le informé. Tampoco tenía intención de molestar a Nick o a Imogen para que me acompañen, ellos tenían sus responsabilidades en el campo. 

Me encantaría ayudarte, pero eso me pidió decirte antes de irse. Yo tampoco sé dónde queda. Estamos en las gradas. —miré hacia aquella dirección. Tuve que hacerme un techo con una mano para divisar a mis compañeras. Ví como Tara alzó la mano frenéticamente. —¡¿NOS PUEDES VER?! —reí un poco por el grito de Darcy. Al mismo tiempo, Tara comenzó a pegarle en el hombro para que no grite. —No hace falta que le grites si ella nos escucha por el teléfono.

—Gracias, Tara. Mi tímpano sobreviviente dice que gracias por defendernos. 

Será mejor que vayas. Le llamaré y le diré que estas en camino.

Eso fue lo último que dijo antes de cortar la llamada. Me regresé a mis amigos para decirles lo que sucedió. Al parecer, al mencionar a Tara, ya cambiaron sus caras preocupadas a unas más calmadas.

—Enseguida regreso, necesitan ayuda con algo. —miré hacia Imogen, pensando en qué decirle para que no se quedara sola. —¿Quieres que les diga a Tara y a Darcy que bajen para que no estés sola?

—¡Oye! —Nick actuó enfadado. Pero solo nos provocó risa lo tierno que él se veía de esa forma. Volvió a cambiar el semblante serio a uno más sonriente. —La acompañaré hasta que comience el partido. 

—¡Trataré de regresar antes! —comencé a trotar hacia el mismo camino donde habíamos cruzado Imogen y yo. 

    Al divisar salones, comencé a ver los letreros. Esperaba encontrar una indicación, como las que hay en Higgs, sobre la ubicación de los baños, oficinas y salones de artes. Al no ver nada, doblé el pasillo, esperando encontrar otro cartel o al menos un profesor que me guiara. Si usaba la excusa de que pertenecía al club de fotografía de Higgs, mientras no interfiriera en las clases de los alumnos y en sus tiempos de recreación, no me regañarían de ninguna forma. Eso según Imogen.

   Traté de no desesperarme al no encontrar nada. Trataba de no mirar hacia las ventanas de los salones e intenté lo más posible alejarme de las puertas, caminando apresuradamente por—literalmente— el centro del pasillo. No quería que los estudiantes me vieran por las ventanas ni por las puertas abiertas de las aulas.

   Volví a doblar por el pasillo, esto se estaba haciendo tedioso. Esperaba no estar dando vueltas el instituto. Cuando me encontré con una intersección de caminos, no supe a cuál ir. 

—Me lleva el demonio.

—¿Belle? — la voz varonil de alguien hizo que me dé vuelta. Me encontré con Ben saliendo de un salón. Sus pómulos se sonrojaron al verme. Cambió a una mirada gentil después de ver a nuestro alrededor, supuse que era para saber si estaba sola o no. —¿No deberías estar en el campo con Imogen? —preguntó. Comenzó a acercarse con la intención de darme un abrazo. Se lo concedí por educación, aunque no me olvidaba esa vez que me hizo sentir incómoda junto a Harry.

The Tao's Sister | Nick Nelson | HeartstopperKde žijí příběhy. Začni objevovat