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   La música de mi cuarto no estaba en un volumen alto. Sólo busqué cualquier canción para que llenara el tormentoso silencio de la habitación. Mi cabeza era muy hábil para comenzar a maquinar sobre las cosas que pasaron ese día, con Ben. No sé si que carajos de música estaba escuchando, no era mala tampoco. Sólo puse una playlist que sugirió mi reproductor, poco me importaron los artistas involucrados. Como dije, no quería escuchar silencio, tampoco mis pensamientos.

   El silencio me recordaba a los pasillos de la escuela Truham, por las que él, sin culpa alguna, me llevó, y yo sin un gramo de desconfianza en él, lo seguí. La simple imagen de aquel pasillo solamente provocaba que algunos vellos corporales se ericen. 

"¿Por qué lo seguí? ¿Por qué me permití cambiar la idea que tenía de Ben ese día?"

  No me entendía en lo absoluto. No encontré lógica en mi comportamiento. Nick trató unas cuantas veces conversar sobre el tema, he recibido mensajes suyos desde que salió de su entrenamiento, lo mismo de Elle y algunos de Imogen. Pero no quería hablar ni ver a nadie. Quería aceptar lo que sucedió aquel día, quería absorber los hechos y poder olvidarme lo más pronto posible. Quería avanzar.

Un nudo en la garganta volvió a obstruir el grito que quería pegar por la furia, la confusión, el terror de contarle a alguien más lo que sucedió. Dios, aquella tarde fue la más lenta de mi vida. Me sentí atrapada en el tiempo, atrapada con esa mezcla de sentimientos que no se desaparecían sin importar en qué cosas pensara. 

 Mis ojos se dirigieron hacia los cuadernos apilados sobre la mesa de mi habitación. No tenía las fuerzas para levantarme y hacer mi tarea. Tampoco tenía fuerzas para lavar mi ropa ni planchar el uniforme seco que debería de usar el día siguiente. Me sentía apagada.

¿Se han sentido tan tontos por darle tanta relevancia a un hecho cómo ése? Fue sólo un beso. Cualquier joven de mi edad no le darían el mismo nivel de importancia que yo al asunto. Sin embargo, lo que más me helaba, lo que me aterró en aquel momento y lo sigue haciendo, es el "no" que Ben no respetó. Jamás quise besarlo, ni me lo preguntó. Sentí que me arrebataron el derecho de decidir sobre mi libertad. Lo mismo que me dijo mi madre de cómo se sentía. 

Inconscientemente, comencé a pegar el almohadón de mi cama. Necesitaba algo para quitar ese pensamiento horrible que tenía en la mente, no era correcto tener algo presente así. No sabía con qué corazón estaba desarrollando en mi cabeza entre lo que sufrió mi madre y lo que yo pasé.

El beso con Ben duró segundos. Fueron instantes. Nadie, además de Nick, sabe lo que sucedió. No iba a ver a ambos hombres de la misma forma. Ben duplicó su idiotez a niveles extraordinarios, mientras que Nick me vio vulnerable, me vio rota. Fue como me contó mi abuela al ver a mi madre por primera vez después de lo que su expareja le hizo. Ella jamás olvidaría la mirada de terror de mamá, y dudo mucho que Nick se olvide de lo que sucedió.

¡Tao! ¡Es bueno verte! —la voz emocionada de Camille me hizo detenerme en seco. —¡Adelante! ¡Anabelle! ¡Llegó Tao a visitarte!

—No quiero ver a nadie. —mi voz rota apenas la oí yo. La música que salía del parlante de mi teléfono se oía más fuerte. Abracé el almohadón que hace unos segundos estaba golpeando. —No quiero ver a nadie. —volví a murmurar mirando hacia un punto fijo de la habitación.

"¿Por qué me hablas? Ni siquiera te conozco". 

Con las mangas de mi suéter tapé mi rostro avergonzado. 

Dios, no puedo ser tan estúpida.  Yo misma le dije que no mantengamos contacto en la escuela, solo frente a Yan y a Camille.

Anabelle está en su cuarto, iré a ver si puedes pasar. Sígueme. No seas tímido.

The Tao's Sister | Nick Nelson | HeartstopperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora